Es palabra de Dios
RELEXION
En la alegoría que nos presenta el evangelio de hoy, Jesús se declara la puerta del aprisco de las ovejas y, al mismo tiempo, pastor de ellas. En un principio, sus oyentes no entendieron bien a Jesús: “qué era lo que les hablaba”. Por lo que tuvo que insistirles de nuevo. “Yo soy la puerta: el que por mí entrare se salvará, y entrará y saldrá y hallará pasto”. Siendo sus ovejas tenemos que entrar por la puerta que es Jesús, tenemos que oír, aceptar y vivir sus palabras, la única manera de obtener la salvación que nos brinda.
Jesús es también el buen pastor de las ovejas, y, porque son suyas, las cuida de sus enemigos, de los lobos que las pueden atacar. Las conoce y llama a cada una por su nombre y las “ovejas le siguen, porque conocen su voz”, y van detrás de él para “tener viva y vida abundante”. Para esto vino Jesús hasta nosotros.
Una de las labores de todos los cristianos, y no solo los de la jerarquía, los oficialmente pastores, en relación con las personas que entren en contacto con nosotros, no es que se queden con nosotros, con nuestra persona… lo nuestro es llevarlas siempre al verdadero y buen Pastor, Cristo Jesús, para que oigan su voz y les de la vida que él solo puede darles.