Viernes Santo de la Pasión y Muerte del Señor. Toda la Iglesia hoy mira con atención, con amor, con agradecimiento y con profundo sentimiento de adoración, la Cruz del Señor. Hoy llega a su punto culminante su entrega por nosotros. Con Pablo podemos decir: “me amó hasta entregarse por mí”. Todo dolor, todo sufrimiento, todo sin sentido, nuestra flaqueza y pecado, todo está asumido en la Cruz por Jesús. Nos ha cargado a cada uno, haciendo suya nuestra debilidad, para sepultarlo todo en el abismo inmenso de su amor y desde ahí resucitarnos a una vida nueva.
Ante la Cruz de Jesús no caben hoy muchos discursos, solo cabe la respuesta creyente de amor a Aquel que cuelga del madero, convirtiendo su costado abierto en hogar de salvación, puerta abierta de vida y misericordia.
Fray Juan Carlos González del Cerro O.P.Real Convento de Predicadores (Valencia)