Es palabra de Dios
REFLEXION
Este pasaje evangélico relata el diálogo de Jesús con Nicodemo, un magistrado judío, que intuye que Jesús es una persona especial, dados los signos que hace y las palabras que predica. “Sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro”.
De entrada, Jesús le dice: “te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios”. Algo que en un principio despista a Nicodemo: “¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo?”. Pero Jesús no se vuelve atrás y le insiste: “Te lo aseguro el que no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios”.
Bien sabemos que los cristianos, los seguidores de Jesús tenemos un doble nacimiento, expresados por San Juan en su prólogo. Uno es el nacimiento “de la voluntad carnal, de la voluntad del varón”, que engendra nuestra vida humana. Pero hay otro nacimiento que engendra a “los nacidos de Dios”.
Jesús ha venido a predicar el Reino de Dios, y a él pertenecen los que dejan que Dios nazca en su corazón. De esta manera, Dios será el Rey y Señor de sus vidas. Que Jesús traduce por “nacer de agua y de Espíritu”. Es lo que se realiza en el bautismo, que nos posibilita nacer a ser hijos de Dios… nos hace nacer a una vida nueva, a una vida donde todo se vive dejando que Dios Padre dirija la propia vida y donde resalta la fraternidad entre todos los bautizados, entre todos los nacidos a esta nueva vida.