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EVANGELIO MIERCOLES 07-08-2024 SAN MATEO 15, 21-28 XVIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Jesús se retiró a la región de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:
«Ten compasión de mí, Señor Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo».
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:
«Atiéndela, que viene detrás gritando».
Él les contestó:
«Solo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel».
Ella se acercó y se postró ante él diciendo:
«Señor, ayúdame».
Él le contestó:
«No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».
Pero ella repuso:
«Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos».
Jesús le respondió:
«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas».
En aquel momento quedó curada su hija.

                                    Es palabra del Señor

EVANGELIO

Tanto el evangelio de Marcos como el de Mateo nos presentan a Jesús, en la región de Tiro y Sidón realizando distintos milagros. En el relato de hoy nos dice que se retiró en aquella región, no dice pasó sino “se retiró”, es decir permaneció, se quedó, es importante hacer notar esto porque esa región era considerada pagana, por lo tanto, impura, prohibida.

Continua diciendo que “una mujer cananea saliendo de aquellos lugares”… una mujer sin nombre, por lo tanto sin identidad, una mujer prohibida por la ley, pagana, una mujer sin nombre, que podemos ser tu o yo, que sale de uno de aquellos lugares ¿qué lugares? los lugares oscuros de nuestro ser, esos lugares que no nos dejan crecer como personas, que nos arrastran a dejarnos vencer por lo que nos destruye como seres humanos. Jesús se sumerge en el pecado de la humanidad, entra en el dolor de una madre y descubre la grandeza de su corazón y su gran fe.

Mas allá del simbolismo que utiliza Mateo para indicar a sus oyentes judíos el Mesianismo de Jesús, hay una explosión de búsqueda explicita en el corazón de esta mujer, esta mujer emerge de la oscuridad y descubre la luz que es Cristo, porque todo ser humano está proyectado hacia la eternidad, no podemos escapar de esa fuerza y si lo hacemos nos adherimos a ideas, cosas, personas…a un materialismo que nos adentra en el torbellino de la rutina de “el todo vale”…Jesús toco el dolor de la cananea y restauró su futuro (su hija) pero la fe de la mujer tocó el corazón de Jesús, le conmovió profundamente: “mujer que grande es tu fe”… y le abrió al horizonte del Padre, no solo a las ovejas descarriadas de Israel, como nos dice el salmo de hoy: “escuchad, pueblos, la palabra del Señor, anunciadla en las islas remotas”.  Cuando el Otro con mayúsculas es parte esencial de nuestra vida, los otros se convierten en la experiencia profunda de la voluntad del Padre.

Sor Mª Ángeles Martínez, OP
Monasterio Inmaculada de Atacama, Copiapó – Chile