En más de una ocasión, Jesús relacionó el reino de los cielos con los niños. Lo vemos en el evangelio de hoy: “de los que son como ellos es el Reino de los cielos”, a lo que podemos añadir “en verdad os digo, si no os volviereis y os hicieseis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”.
Intentado buscar el porqué en esta predilección de Jesús por los niños, quizás quiera resaltar dos de las características positivas más típicas de los niños, como son su ingenuidad y su confianza.
Lo que resalta, sobre todo, en la relación de los niños con sus padres, es que se creen todo lo que ellos les dicen, y viven con la seguridad de que estando con ellos no les puede pasar nada malo porque saben que sus padres les quieres y buscan siempre su bien.
Pues esa ingenuidad y confianza es la que nos pide Jesús para aceptar a nuestro Dios como nuestro Rey y nuestro Padre. Con la ingenuidad y confianza de niños debemos creemos todo lo que Él y su Hijo Jesús nos dicen y prometen. Estamos en buenas manos, en las manos amorosas de nuestro Padre Dios.