23/3/25

EVANGELIO LUNES 24-03-2025 SAN LUCAS 4, 24-30 III SEMANA DE CUARESMA

 





Habiendo llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga:

«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naámán, el sirio».

Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.

Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

                              Es palabra del Señor

REFLEXION

El texto del evangelio que escuchamos se enmarca en la sinagoga de Nazaret donde Jesús proclama su misión. Jesús hace suyo el pasaje de Isaías, «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor» (Lc 4,18-19). Manifiesta su misión; Sin embargo este anuncio provoca perplejidad de quienes lo han conocido como uno más entre ellos. Daniel Kerber refiriéndose a este pasaje dice: « La familiaridad con Jesús se transforma en un obstáculo para creer. Es como decir: es uno demasiado parecido a nosotros.»

Si el tiempo cuaresmal es un momento oportuno para la reflexión, la interioridad y la conversión, que bueno es dejarnos interpelar por la persona del Señor que nos sale al encuentro. La salvación que se ofrece de manera permanente sólo necesita ser aceptada, el “hoy” en el texto indica el carácter actual de la propuesta: « Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acabáis de oír». (Lc 4,21) 

La conversión implica una apertura de la mente y el corazón para percibir la acción de Dios en la cotidianeidad de nuestra vida. Es una invitación a re descubrir en lo conocido lo misterioso del obrar de Dios.

La reacción de los vecinos de Jesús es el obstáculo para su misión sin embargo eso no lo detiene, por el contrario se abre camino. El anuncio de la Buena Noticia siempre nos impulsa a ser creativo y poner nuestras capacidades y energías en la tarea.

Que estos días de Cuaresma nos dejemos sorprender por Dios que se manifiesta en lo cotidiano de nuestra vida.

Fray Edgardo César Quintana O.P.

Fray Edgardo César Quintana O.P.
Casa Stmo. Cristo de la Victoria (Vigo)