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EVANGELIO MARTES 04-03-2025 SAN MARCOS 10, 28-31 VIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».

Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más - casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones -, y en la edad futura, vida eterna.

Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».

                         Es palabra del Señor

REFLEXION

Es oportuno lo que en el día de hoy nos dice este libro sapiencial. Se trata de dar sentido a lo que se ofrece para “el altar” de acuerdo con la ley. Ante todo, indica que la ofrenda al altar, para las necesidades del culto, por ejemplo, o sostén de los encargados de él, termina en Dios, y por lo tanto es un ofertorio a Dios. Lo que exige que el ofertorio -que es lo esencial de cualquier sacrificio-, ha de ser agradable a Dios.

Y A Dios lo que le gusta es la generosidad. Ésta se mide como enseña Jesús cuando la mujer pobre ofrece de lo que necesita para vivir, no en lo que se da, sino en aquello que se queda quien ofrece. Siempre será mucho más lo que Dios recibimos que lo que a Él ofrecemos. Él infinita generosidad. En el salmo responsorial, el Señor pide que se le ofrezca sacrificio de alabanza y de acción de gracias, que se manifiesta en “seguir el buen camino”.

Recibe ahora, en este tiempo, cien veces más 

Y de generosidad, de ofertorio, habla el texto evangélico. Pedro se quiere hacer valer ante Jesús, pues ha dejado todo, algo tan querido como la familia, la casa, sus bienes, para seguir a Jesús. Un cambio radical de vida. Una auténtica conversión a Jesús.

Jesús le promete que la generosidad de Pedro no va a ser inútil. Jesús será más generoso que él lo ha sido, pues Jesús mismo es una ofrenda, la mayor que se puede hacer al ser humano, él mismo ser la ofrenda. No dejado nada para sí, se ha entregado, ha puesto en manos de los seres humanos lo que es. No será inútil lo que por Él se deje, lo que a él se le ofrezca. Y así se lo indica a Pedro.

¿Nos hemos preguntado cuál es el nivel de nuestra generosidad? Es decir: ¿con qué nos hemos quedado y qué ofrecemos a Jesús y a la causa del Evangelio? ¿Estamos convencidos de que será mucho más y mejor lo que recibiremos, que lo que damos?

Fray Juan José de León Lastra O.P.

Fray Juan José de León Lastra O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)