Es palabra del Señor
REFLEXION
El comienzo es toda una declaración de intenciones. Una presentación digna de quien, por propia experiencia, se considera apóstol del resucitado. Pero nunca olvida que el paso previo es sentirse "siervo", al servicio de quién le envió a anunciar su mensaje. Un saludo nacido de una fe preciosa que se nos regala a todos, una preciosa entrega, una preciosa promesa, señada con una sangre preciosa que nos llena de vida, de piedad y nos convoca para contemplar su misma gloria.
Se nos han dado por pura gracia, sin mérito alguno por nuestra parte, regalos valiosos. Dios nos dio todo eso cuando nos hizo conocer a Jesucristo. Por tanto, estamos llamados a los bienes de allá arriba y anclarnos en este mundo lleno de codicia, envidia y ambición sería no haber entendido nada de la historia de salvación.
Pedro aconseja poner todo el empeño en afirmar la confianza en Dios, esforzarse por hacer el bien, procurar conocer mejor la Palabra y dominar al mal. Honradez, criterio, dominio propio, constancia, piedad, cariño fraterno, amor, este es el itinerario a seguir. Tal vez, términos que han caído en desuso en el devenir de la vida cotidiana pero que son, sin duda, la divisa de quienes desean vivir y sentir en cristiano.
La parábola de hoy es un resumen de la historia de Israel, donde se describe parte del conflicto con los sacerdotes, los ancianos y los escribas. Jesús les da a conocer cuál es el origen de su autoridad: Él es el Hijo, el heredero. Al mismo tiempo denuncia el abuso de autoridad de los viñadores, que manipulan la religión porque no quieren perder la fuente de sus ingresos. Pero la tentación del poder es permanente, y para todos, por eso vale la pena que nos confrontemos con valentía y sinceridad con el mensaje del Evangelio.
Una lectura honesta nos obliga a preguntarnos si el Señor es la piedra fundamental de nuestras vidas o si, por el contrario, es un estorbo, una piedra de tropiezo. Si nosotros no respondemos a sus expectativas, dará el viñedo a otros y seguirá abriendo caminos nuevos a su proyecto de salvación con otras gentes que produzcan los frutos de justicia que él quiere en su viñedo.
Mucho nos quejamos porque hoy nuestra Iglesia está en crisis...¿No estará Dios preparando el cambio para el nacimiento de una Iglesia más fiel a su proyecto del reino?¿No es necesaria esta crisis para que nazca una Iglesia menos poderosa pero más evangélica, menos numerosa pero más entregada a hacer un mundo más humano?¿ No vendrán nuevas generaciones más fieles a Dios?