29/6/24

DOMINGO 30-06-2024 : DECIMOTERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 





Las lecturas que nos presenta la liturgia de este domingo decimotercero del tiempo ordinario, nos dan paz interior; porque nuestro Dios es un Dios en la persona de su Hijo Jesucristo, que trae la curación a nuestras heridas del espíritu, nos levanta para seguirlo en nuestra vida y poder gozar de su salvación.

Si la muerte entró en el mundo por el pecado, como enseña el libro de la Sabiduría, fue vencida por la fuerza del Señor Jesús. Fuerza que tenemos que recabarla por medio de la oración, (que no está en alza día hoy en día), como manera de relación con esa Vida, meta de última de nuestra salvación.

Hoy en día, hay muchos “salvadores”, que no dan esa Vida Divina, semilla de inmortalidad, que Dios preparó para todos sus hijos por él creados: “Dios creó al hombre para la inmortalidad” (1ª lectura).

Esta es la gran riqueza que el Sumo Hacedor ha compartido con sus criaturas, y que como beneficiarios de ella, nos anima y empuja para compartirla haciéndosela llegar a los demás.

Como enviados al mundo, y con cariz misionero en cualquiera de los estados de vida en que se esté, hay que compartir las riquezas, no solo materiales, que también, sino, también las espirituales que dan salvación y ayudan a soportar la desesperación y el fracaso, como ocurre con los personajes del evangelio de hoy.

La actitud positiva de la liturgia de este domingo, nos afianza en el canto de alabanza del Salmo 29. El Señor nos ha sacado de la fosa, y también, cambia nuestro luto en danzas.

Fr. Carlos Recas Mora O.P.
Convento del Santísimo Rosario (Madrid)