4/2/23

DOMINGO 05 DE FEBRERO : QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 




Después de escuchar el domingo pasado el programa del Reino, las bienaventuranzas (Mt 5,1-12), las lecturas de este día vienen a dar el acabado perfecto a través del esplendor del ser cristiano. Esplendor que se perfila a través del símbolo del sabor y de la iluminación, expresado en el evangelio; invitación a materializarse en las obras (primera lectura), donde Cristo es el máximo exponente; y propuesta para anunciarle desde la experiencia (segunda lectura), desde el poder del mismo Dios (Cf. 1Cor 2,5).

¿Somos conscientes de que estamos llamados a ser sal y luz del mundo a imagen de Jesús? ¿Hemos integrado, o vivimos, esta riqueza con la que Cristo se manifiesta y nos convoca a desarrollar esta vocación irradiante del ser cristiano en el mundo? ¿Qué impide que pueda desarrollar esta realidad vocacional en mi vida?

Fr. Raisel Matanzas Pomares
Convento de San Juan de Letrán (La Habana - Cuba)

EVANGELIO 05-02-2023 SAN MATEO 5, 13-16 QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».

                       Es palabra de Dios

REFLEXION

 El evangelio de Mateo, hoy, prosigue el sermón de la montaña con dos comparaciones -no llegan a parábolas-, sobre el papel del cristiano en la historia: la sal de la tierra y la luz del mundo. Todos sabemos muy bien para qué es la sal y cómo se degrada si no se usa. De la misma manera, desde las tinieblas, todos conocemos la grandeza de la luz, del día, del sol. Probablemente son de esas expresiones más conocidas del cristianismo y de las más logradas. En los contratos antiguos se usaba la sal como un símbolo de “permanencia”. Ya sabemos que la sal conserva las cosas, los alimentos… y era un signo de la Alianza en el ámbito del judaísmo por ese sentido de la fidelidad de Dios a su pueblo y de lo que Dios pedía al pueblo. Entonces entenderemos muy bien el final de la comparación: “si la sal se vuelve sosa”… hay que tirarla. Pierde su esencia. No olvidemos que esta comparación viene a continuación de las bienaventuranzas y por lo mismo debemos interpretarla a la luz de la fuerza de las mismas. El cristiano que pierde la sal es el que no puede resistir viviendo en la opción de las bienaventuranzas.

 La luz del mundo, y la ciudad en lo alto del monte… tienen también todo su sabor bíblico. Sobre la luz sabemos que hay toda una teología desde la creación… Pero también se usa en sentido religioso y se aplicaba a Jerusalén, la ciudad de la luz, porque era la ciudad del templo, de la presencia de Dios. Por eso “no se puede ocultar una ciudad”… hace referencia, sin duda a estos simbolismos de Jerusalén, de Sión, de la comunidad de la Alianza. El cristiano, pues, que vive de las opciones de las bienaventuranzas no puede vivir esto en una experiencia exclusivamente personal.. Es una interpelación a dar testimonio de esas opciones tan radicales del seguimiento de Jesús, de la fuerza del evangelio.

 Con estos dichos del Señor se quiere rematar adecuadamente el tema de las bienaventuranzas, que fue el evangelio del domingo anterior. Efectivamente, esto que leemos hoy debemos ponerlo en relación directa, no solamente con el estilo literario de las bienaventuranzas, sino más profundamente aún con su teología. El Reino de Dios tiene que ser proclamado y vivido y el Sermón de la Montaña es una llamada global a llevarlo a la práctica. De la misma manera que la Alianza fue sellada en el Sinaí, después el pueblo está llamado a vivirla en fidelidad. La nueva comunidad que tiene su identidad de estas palabras del Sermón tiene que iluminar como una nueva Jerusalén, como una espléndida Sión. Ella misma es el templo vivo de la presencia de Dios, luz de luz. Y la comunidad, y el cristiano personalmente, deben estar en lo alto del monte, de la vida, de la historia, de los conflictos, de las catástrofes, no solamente para mostrar su fidelidad, sino para iluminar a toda la humanidad. Como los profetas soñaban de Sión.

 Los que han hecho las opciones por el mundo de las bienaventuranzas han hecho una elección manifiesta: ser sal de la tierra y luz del mundo. Esto quiere decir sencilla y llanamente que las bienaventuranzas no es para vivirlas en interioridades secretas, sino que hay que comprometerse en una misión: la de anunciar al mundo, a todos los hombres, eso que se ha descubierto en las claves del Reino de Dios. Las bienaventuranzas, son un compromiso, una praxis, que debe testimoniarse. No puede ser de otra manera para quien se ha identificado con los pobres, con la justicia, con la paz. Eso no puede quedar en el secreto del corazón, sino que debe llevarnos a anunciarlo y a luchar por ello. Porque esto de ser sal de la tierra y luz del mundo se ha usado muchos para “santos” especiales; pero no deja de ser un despropósito… es sencilla y llanamente la identificación de la verdadera vocación cristiana. Todo cristiano está llamado a ser la sal de la tierra y la luz del mundo… aunque no llegue a esa santidad desproporcionada.

Fray Miguel de Burgos Núñez(1944-2019)

3/2/23

EVANGELIO SABADO 04-02-2023 SAN MARCOS 6, 30-34 CUARTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo:
«Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco».
Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

                              Es palabra de Dios

REFLEXION

Los discípulos vuelven de la misión encomendada por Jesús y le explican todo lo que han hecho y enseñado. La reacción de Jesús es invitarlos a descansar en un lugar solitario y dialogar sobre lo vivido.

Parece que la invitación se frustra porque “eran tantos los que iban y venían que no tenían ni tiempo para comer”.

Por dos veces Marcos nos dice que eran muchos los que buscaban a Jesús. ¿Cómo ve Jesús a esa multitud? “Como ovejas sin pastor”, gente perdida, desorientada, buscando a alguien que les muestre el camino de la felicidad que la vida nos les daba.

Por eso Jesús sintió compasión de ellos. Sentir compasión es algo más importante que sentir lástima. Sentir lástima es sentir tristeza por el mal que observamos en alguien. La compasión no es simple sentimiento, nos implica en la acción por eliminar el mal. Es dar un paso para que quien atraviesa ese mal momento pueda sentirse atendido.

¿Cómo verá Jesús este mundo nuestro donde tantos hombres y mujeres buscan algo más que vivir o sobrevivir? ¿Cómo vemos los cristianos este mundo donde abunda la injusticia, el egoísmo traducido en individualismo?

También hoy Jesús nos mira con compasión y nos sigue ofreciendo su mensaje que calme ese deseo de felicidad que todos llevamos en el corazón.

Aprender a mirar las realidades dolientes de nuestro mundo es el primer paso para ser capaces de tener un corazón compasivo que busca ofrecer remedio a tantos males. Pero para todo ello se requiere el contacto con la fuente de la bondad, Jesús.

Su mensaje es claro, pero también exigente. Por eso hay personas que lo buscan, pero ante las palabras de Jesús reaccionan alejándose de él cuando demanda cambios. Su mensaje no viene a calmar ansiedades, sino a cambiar modos de vivir que hagan de este mundo un hogar igual para todos.

Aprendamos a mirar con la mirada de Jesús y no perdamos nunca el contacto con Él. Así nuestro corazón se irá llenando de compasión ante tantas necesidades a las que nosotros podemos ofrecer nuestra ayuda.

Fray Salustiano Mateos Gómara O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)

2/2/23

PROCESION Y BENDICION DE NIÑOS Y JOVENES

 












  Finalizada la misa del mediodía se realizó la tradicional procesión por el sector de Quinchilca para finalizar con la bendición de los niños y jóvenes, bendición que estuvo a cargo del Obispo Monseñor Santiago Silva Retamales.

MISA DEL MEDIODIA EN EL SANTUARIO DE LA CANDELARIA, FEBRERO 2023

 







 Presidida ´por nuestro Obispo, Monseñor Santiago Silva Retamales y concelebrada por el padre Misael Reyes, los diáconos José Gárate y Alejandro Rivas, se ofició la misa del mediodía en nuestro santuario dedicado a nuestra Madre María en la advocación de la Virgen de la Candelaria, donde la gran cantidad de fieles presentes pudieron pedir la interseción de María para que su hijo Jesucristo haga realidad la gran cantidad de rogativas para mejorar sus vidas.

PRIMERA MISA EN EL SANTUARIO DE LA CANDELARIA, FEBRERO 2023

 




Con regular asistencia de fieles a la primera misa oficiada por el padre Luis Chávez y concelebrada por el diácono Jose Garate, desde las 10.30hrs. los fieles madrugadores pudieron hacer sus rogativas a nuestra madre Maria para que el años 2023 sea mejor que el recién terminado 2022..

EVANGELIO VIERNES 03-02-2023 SAN MARCOS 6, 14-29 CUARTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían:
«Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él».
Otros decían:
«Es Elías».
Otros:
«Es un profeta como los antiguos».
Herodes, al oírlo, decía:
«Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado».
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado.
El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener a la mujer de su hermano.
Herodías aborrecía a Juan y quería matarlo, pero no podía, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía. Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto.
La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.
La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven:
«Pídeme lo que quieras, que te lo daré».
Y le juró:
«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino».
Ella salió a preguntarle a su madre:
«¿Qué le pido?».
La madre le contestó:
«La cabeza de Juan el Bautista».
Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió:
«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».
El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.
Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.

                                         Es palabra de Dios

REFLEXION

La fama de Jesús se extendía por doquier y esto preocupa a los poderosos que temen un nuevo profeta como Juan el Bautista, el Precursor, un hombre de Dios sin pelos en la lengua para denunciar las injusticias de los poderosos e incluso la infidelidad del propio rey, que le temía y respetaba.

El relato del martirio de Juan el Bautista es colocado por San Marcos cuando Jesús acaba de volver a Galilea con fama de profeta de Dios y es ninguneado o despreciado por sus propios conciudadanos, aunque también preocupa a las autoridades, incluso al rey Herodes.

Si nos fijamos bien, la trama nos recuerda la propia historia de amor-odio, de fidelidad e infidelidad entre Dios e Israel, los intereses creados que se imponen a la fe y el verdadero culto al Señor. La muerte del profeta es la que también le espera a Jesús y a cualquiera que trate de vivir en plenitud el Evangelio, pero como hemos leído en la Carta a los Hebreos, nada hemos de temer si Dios está con nosotros.

Pero es también nuestra propia historia de cada día porque como cristianos nos enfrentamos o nos dejamos enredar en las tramas de una sociedad de apariencias e injusticias donde todo vale para conseguir un gramo de poder, de prestigio... donde el amor es solo moneda de cambio para mis intereses inconfesables. Da igual que seamos Herodías, su hija o el propio Herodes. Lo difícil es ser justo y temeroso del Dios del Amor, dar la vida por y para conseguir la Vida.

“No todos, dice el Concilio Vaticano II, tendrán el honor de dar su sangre física, de ser matados por la fe, pero sí pide Dios a todos los que creen en Él espíritu de martirio, es decir, todos debemos estar dispuestos a morir por nuestra fe, aunque no nos conceda el Señor ese honor [...] Porque dar la vida no es solo que lo maten a uno; dar la vida, tener espíritu de martirio es dar en el deber, en el silencio, en la oración, en el cumplimiento honesto del deber; en ese silencio de la vida cotidiana ir dando la vida [...]. (Monseñor Oscar Romero, Homilía 15 mayo 1977 por un sacerdote asesinado. Cfr. Roberto Morozzo, “Monseñor Romero”, Salamanca, 2010, p. 407)

D. Carlos José Romero Mensaque, O.P.
Fraternidad “Amigos de Dios” de Bormujos (Sevilla)

1/2/23

02 DE FEBRERO : DIA DE LA PRESENTACION DEL SEÑOR

 





Entre las iglesias orientales se conocía esta fiesta como "La fiesta del Encuentro" (en griego, Hypapante), nombre muy significativo y expresivo, que destaca un aspecto fundamental de la fiesta: el encuentro del Ungido de Dios con su pueblo.

A esta fiesta la solíamos llamar antiguamente -quiero decir, antes del Concilio- la Candelaria o Fiesta de la Purificación de la Virgen. Venía considerada como una de las fiestas importantes de Nuestra Señora. Lo más llamativo era la procesión de las candelas. De ahí el nombre de «Candelaria». Era una procesión clásica, tradicional, atestiguada ya en antiguos documentos romanos. En concreto, el Liber Pontificalis nos asegura que fue el papa Sergio I, a finales del siglo VII, quien dispuso que se solemnizaran con una procesión las cuatro fiestas marianas más significativas por su antigüedad: la Asunción, la Anunciación, la Natividad y, por supuesto, la Purificación. Éste sería seguramente el origen de la procesión de las candelas.

Esta fiesta había sido importada de Oriente. Su nombre original -hypapante-, de origen griego, así lo indica. Esa palabra, que significa «encuentro», nos desvela el sentido original de esa fiesta: es la celebración del encuentro con el Señor, de su presentación en el templo y de la manifestación del día cuarenta. Los más antiguos libros litúrgicos romanos aún siguieron conservando durante algún tiempo el nombre original griego para denominar esta fiesta.

Todo esto ya quedó aclarado en el volumen anterior en el que se intentó, con toda lógica, vincular esta fiesta al ciclo navideño de la manifestación del Señor. Allí quedó señalado que esta fiesta, tal como ha quedado diseñada en el actual calendario de la Iglesia a raíz del Concilio Vaticano II, recuperando de este modo su sentido original, no es precisamente una fiesta de la Virgen, sino del Señor.

Sin embargo, hay que reconocer el carácter tradicional de la Candelaria, cercana además a la fiesta de San Blas, de indudable raigambre popular y rodeada de importantes elementos tradicionales de carácter cultural y folklórico, como la bendición de los roscos de San Blas, y en algunas regiones la ofrenda de un par de tórtolas o dos pichones. Este hecho nos invita a diseñar, aunque sea de forma esquemática, la evolución histórica de la fiesta que, ya a partir de la Edad Media, se reviste de un carácter marcadamente mariano. Eso lo demuestra el contenido de las viejas oraciones y antífonas, recogidas en el viejo Misal Romano, para ser utilizadas en la bendición y procesión de las candelas y que aparecen por vez primera en libros litúrgicos de los siglos XIII y XIV. El protagonismo de la Virgen en casi todos esos textos es altamente significativo y responde, sin duda, al carácter mariano que la fiesta adquiere en esa época.

El nuevo calendario litúrgico, establecido a raíz de la reforma del Vaticano II, considera de nuevo esta solemnidad como fiesta del Señor. Sin embargo, sin renunciar a este carácter fundamental de la fiesta, la piedad popular bien puede alimentar su devoción mariana y seguir celebrando a María, íntimamente vinculada al protagonismo de Jesús, en este acontecimiento emblemático de la presentación en el Templo, por el que Jesús es reconocido como Salvador y Mesías por los dos ancianos Simeón y Ana, representantes singulares del pueblo elegido.

Nuestra Sra. de Candelaria. Patrona del Archipiélago Canario

Los Canarios celebran hoy a su patrona la virgen de candelaria custodiada por los dominicos en su Santuario de Tenerife desde 1530.

Jornada de la vida consagrada

Cada año, coincidiendo con la fiesta litúrgica de la Presentación del Señor en el templo, se celebra también la Jornada de la Vida Consagrada. En palabras de Juan Pablo II, la vida consagrada «está en el corazón mismo de la Iglesia como elemento decisivo para su misión ya que indica la naturaleza íntima de la vocación cristiana y la aspiración de toda la Iglesia esposa hacia la unión con el único Esposo, Cristo Jesús'. Por ser la vocación a una vida consagrada algo vital, y en este sentido imprescindible, para la Iglesia, la jornada se creó para que fuera celebrada por toda la comunidad eclesial, no sólo por el sector de las personas consagradas. Tiene, por tanto, carácter universal para todas las iglesias particulares y locales. Efectivamente, en el texto de institución de la jornada se lee: «la misión de la vida consagrada no se refiere sólo a quienes han recibido este especial carisma, sino a toda la comunidad cristiana.

El lema de este año 2013 es: “Signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el mundo"

Puede encontrar materiales en la página de la Conferencia Episcopal Española

Texto tomado de: Martínez Puche, José A. (director),

EVANGELIO JUEVES 02-02-2023 SAN LUCAS 2, 22-40 CUARTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».
Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

                                                  Es palabra de Dios

REFLEXION

Seguimos profundizando en el mensaje que nos trae la liturgia en fiesta de la Presentación del Señor con esa imagen de la luz. Una luz que viene como salvación y unos testigos que están llamados a llenarse del calor y fuerza de esa llama. Simeón hombre justo que conoce las promesas que aguarda su pueblo Israel. Un pueblo cansado de las fatigas que van azotando su propio devenir en el tiempo. Hay cansancio ya de contemplar siempre lo mismo, parece que la situación nunca cambia y a los pobres y desvalidos siempre se les cuelga es as de perder. Otra vez guerras, otra vez exilios y deportaciones, otra esclavitud, trabajos forzados. Lo que cuesta peregrinar por el desierto para desprenderse de los ídolos que nos vamos fabricando. El calor es insoportable. Tenemos hambre. Tenemos sed. Las serpientes se multiplican y nos muerden, caemos continuamente en venenos letales. ¿Cambiará el escenario alguna vez? Necesitamos un respiro urgente. Covid, guerra en Ucrania, corrupción en toda casa de vecino, asalto a las vallas, asesinatos… Parece que la «Luz» vino a los suyos y el recibo estaba tan elevado que prefirieron no saber nada de luz.

Simeón, Ana, al igual que nosotros hoy necesitamos en la pobreza de nuestra vida que anide esa luz que da pleno sentido en toda adversidad. «Mis ojos han contemplado a tu Salvador». Contemplar cara a cara a este Dios hecho hombre, que con su vida nos invita a cambiar la realidad de este mundo. Es precisamente en el contexto de desolación por el que podemos estar atravesando, cuando se alza la fuerza de la luz que nos da el aliento vital necesario. Hazte luz y cambiarás la realidad de otras personas: «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25,40). Curioso que el bien pasa siempre desapercibido, que no hace ruido, que ni siquiera se comprende. Lo mismo que la vida del Nazareno. Nace pobre en un pesebre, la mayor parte de su vida oculto, solo tres años de misión.  Sin embargo, está puesto como signo para que se ponga de manifiesto la actitud de los corazones del ser humano.

Signo que nos nuestra una realidad que nos desborda con su luz: el amor. Hay que hacer un camino de purificación fuerte para vivir centrado en ese amor. Continuamente caemos, continuamente no aceptamos el reto que supone amar con la plenitud que Él amó: hasta dar la vida incluso por sus perseguidores. Menudo rayo luz es ese que nos trae Jesús. En las tinieblas de esta vida podemos ser la pequeña «llama» que da calor a los corazones destemplados en el desamor, energía a los que se quedan agotados en las cunetas de la vida, luz a los que viven en oscuridad. Tantas situaciones, contextos que necesitan ser iluminados por el amor, por el Salvador.

Otra imagen que nos presenta el pasaje del Evangelio es que este niño va creciendo y robusteciéndose. Algo normal en el ámbito de lo humano. Sin embargo, para que eso se de se necesita un ecosistema: «el hogar» la casa de Nazaret como escuela de vida cristiana en la que se aprende a crecer en la relación de intimidad con Dios. Necesitamos también nosotros beber de la sabiduría que desborda esta Sagrada Familia si queremos ser testigos veraces y luz en el mundo

Fray Juan Manuel Martínez Corral O.P.
Real Convento de Nuestra Señora de Candelaria (Tenerife)

PROGRAMA DEL DIA 02 DE FEBRERO FIESTA DE LA CANDELARIA EN EL SANTUARIO DE QUINCHILCA

 



09,30HRS.   ROSARIO COMUNITARIO

10.30HRS.   PRIMERA MISA

12.00HRS.   MISA PRESIDIDA POR NUESTRO OBISPO SANTIAGO SILVA R.

13,00HRS.   PROCESION

13,30HRS.   BENDICION DE LOS NIÑOS

15,30HRS,    SANTA MISA

17,00HRS.  ULTIMA MISA

18,30HRS.  FINALIZACION DE LA FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA