3/9/25

EVANGELIO JUEVES 04-09-2025 SAN LUCAS 5, 1-11 XXII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en ¡a orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes. Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.

Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».

Respondió Simón y dijo:
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».

Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón

Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:
«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».
Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.

Y Jesús dijo a Simón:
«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».

Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

                      Es palabra del Señor

REFLEXION

Quién no ha escuchado y/o meditado mas de una vez este texto evangélico. La pesca milagrosa. Aunque todos los evangelistas lo mencionan de una u otra manera, Lucas lo coloca dentro de su actividad en Galilea, al comienzo de su ministerio. Es en este contexto que llama a sus primeros discípulos.

No nos sorprende “ver” a Jesús enseñando a la multitud. Maestro, le responde Simón ante la petición de Jesús: Rema mar adentro y echa las redes para pescar. Maestro, venimos de un fracaso, todos nuestros esfuerzos han sido baldíos. No hay peces que quieran venir a nuestra red.

Seguro que mas de una vez en nuestras tareas apostólicas, hemos sentido el fracaso de nuestra misión ¿para qué volver? ¿Para qué empezar de nuevo?

Y aquí Pedro da en el quid de lo que puede ser un éxito apostólico. En tu nombre, no en mi experiencia de pescador, en Tu Nombre, no en mis conocimientos profesionales, en Tu Nombre, no en mi cansancio de toda la noche, en Tu Nombre voy a echar de nuevo las redes.

¡Ah! Pero el Señor le impone una condición. Rema mar adentro. Hago resonar en mi interior, esta palabra de Jesús que hoy me dirige a mí, a mi vida, a mi trabajo apostólico, a mi vida de creyente, a mi vida familiar o comunitaria. ¿No puedes buscar un poco más de profundidad en tu relación con Dios, con los demás, con la situación social en la que vives?

Posiblemente descubras “peces” sedientos de tu palabra, “peces” con sed de encontrarse con alguien que acompañe su soledad, escuche sus problemas, trabaje por conseguir un mundo mejor, comparta espacios de solidaridad y vuelva cansado pero satisfecho de la abundancia de resultados. Es el momento de descubrir que Alguien guía la barca de mi vida. Que la experiencia de Pedro pescador no ha sido la causa de esa pesca y descubre al Señor, no sólo al Maestro sino a su Señor y cayendo de rodillas exclamará “Señor, apártate de mi que soy un pecador”. El reconocimiento humilde de nuestra debilidad, nos hará experimentar lo que San Pablo escribe en 2Co 12,9: “Te basta mi Gracia”.

Jesús necesitó a Simón Pedro, Andrés, Santiago, Juan, y a cada uno de nosotros para realizar su misión. Dejándolo todo, todo lo que se opone al Reino, todo lo que amenaza la vida de creyente, dejándolo todo, le siguieron al Maestro. Cada uno de nosotros da la respuesta a esta llamada de “dejarlo todo”, pero la llamada al seguimiento es universal para todo creyente, cada uno hemos de discernir cuál es nuestra llamada a “dejarlo todo”.

No puedo dejar de pensar en el mar, lugar de recreo para muchas personas, de rutas turísticas y comerciales y, tristemente, lugar de tragedias humanas tras la búsqueda de un mundo mejor. Que resuene en nuestras vidas la voz de Jesús que nos invita a remar mar adentro, fuera de nuestras zonas tranquilas de confort. Rema mar adentro, hacia aguas más profundas, hacia una mayor experiencia cristiana.

Al mismo tiempo, que brote una oración por tantos seres humanos que se juegan la vida en el mar, o nos impliquemos en acciones que borren la imagen del mar como cementerio de fracasos de humanidad. ¡Señor, despierta colaboradores que se impliquen en construir, con nuestros pequeños gestos, un mundo más humano!

Hna. Mariví Sánchez Urrutia

Hna. Mariví Sánchez Urrutia
Congregación de Dominicas de La Anunciata

Soy una religiosa Dominica de la Anunciata nacida en Bilbao hace bastantes años y fui alumna de las Dominicas y catequista en mi parroquia. Ingresé en la congregación siendo bastante joven. Como Licenciada en Ciencias Químicas me he dedicado a la educación con vocación y pasión. He desarrollado tareas directivas tanto en los centros de enseñanza como dentro de la Vida Religiosa. He disfrutado de la vida a través de la misión que he desempeñado y los medios que Dios puso en mis manos y también me gusta disfrutar de la música y el deporte.