12/2/23

LUNES 13 DE FEBRERO : BEATO JORDAN DE SAJONIA

 




Jordán de Sajonia no sólo es el primer historiador de la Orden de Predicadores sino también el primer escritor de espiritualidad dominicana. Desde su elección como sucesor de santo Domingo al frente de la Orden, su vida se convirtió en una incesante peregrinación por Europa.

Jordán Eberstein (1176-1237) nació en Burgberg (Westfalia, Alemania). Fue el sucesor inmediato y dignísimo de santo Domingo y su admirable imitador y biógrafo. Con la mediación de la santísima Virgen María dilató con esfuerzo y eficacia la Orden en su misión de salvación de las almas y compuso una obra sobre sus orígenes. Murió en un naufragio cerca de Antalya (Turquía) el 13 de febrero de 1237 y fue sepultado en la iglesia dominicana de Acre (Palestina), que fue posteriormente destruida. Su culto fue confirmado en 1826. El capítulo general de 1955 lo nombró patrono de las vocaciones dominicanas.


EVANGELIO LUNES 13-02-2023 SAN MARCOS 8, 11-13 SEXTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
«¿Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.

                                             Es palabra de Dios

REFLEXION

Jesús no acaba de entender que los descreídos fariseos le pidan “un signo del cielo”. “¿Por qué esta generación reclama un signo?”. Jesús ya ha hecho más que suficiente, con sus palabras y gestos especiales, como la curación de enfermos, para que sus oyentes crean en él y le acepten a él y a su mensaje.

La actitud de los oyentes de Jesús en su tiempo y en todos los tiempos, también en el nuestro, es doble: unos, haga lo que haga, le van a rechazar… no le van a dejar entrar en sus corazones, de alguna manera podemos decir que le van a matar… y otros le van, le vamos a aceptar con los brazos abiertos, nombrándole el Señor y Dueño de nuestra vida.

No valen los signos prodigiosos para creer en Jesús. Jesús no tiene más que dos vías para conquistarnos: sus palabras de vida y su desbordante amor hacia nosotros. Y a estas dos vías podemos añadir otra: Quien camina desde la amistad con Jesús por la senda que nos traza se encontrará en su corazón con la alegría, la felicidad, la vida abundante que tanto anhelamos.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)

11/2/23

DOMINGO 12 DE FEBRERO : SEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 



Después de escuchar, en el domingo 4º, las bienaventuranzas según San Mateo, la palabra de Dios nos ofrece un nuevo modo de vivir el seguimiento de Jesús, no como ley que obliga sino como estilo de vida elegido con total libertad, como nos recuerda el libro del Sirácida.

Debemos descubrir, para hacerlo vida, el nuevo espíritu que nos comunica Jesús, superando lo que vivían conforme a la Ley de Moisés.

Jesús desea que quien le escuche ponga en práctica su mensaje, pero no es un moralista, no impone una nueva ley, sino mucho más… nos ofrece unas actitudes que son un don de Dios, del entusiasmo por el perdón recibido, de su revelación que nos hace hijos de Dios… quiere que descubramos sus frutos actuando en nosotros, porque lo hemos aceptado y elegido voluntariamente con amor.

Fray Carmelo Preciado Medrano O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)

EVANGELIO DOMINGO 12-02-2023 SAN MATEO 5, 17-37 SEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo. Habéis oído que se dijo:
“No cometerás adulterio”.
Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: “El que se repudie a su mujer, que le dé acta de repudio.” Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer -no hablo de unión ilegítima- la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.
También habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”.
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».

                                              Es palabra de Dios

REFLEXION

Con el evangelio de hoy nos introducimos en la dinámica de las antítesis, que quieren poner de manifiesto la justicia cristiana frente a la justicia del judaísmo que Jesús combate con la pretensión de dejar muchas cosas obsoletas. El próximo domingo culminará este conjunto, uno de los más difíciles del Sermón de la Montaña. Estamos ante una de las partes más significativas del Sermón de la Montaña, que tiene su correspondencia en el Sermón del Llano de Lucas (6,20-49). Sabemos que Jesús no pronuncia este conjunto así, sino que es una composición de la "escuela judeo-cristiana" con que se designa, a veces, el resultado final de la redacción de nuestro evangelio de Mateo. Son distintas fuentes las que le suministran, pero hay que resaltar muy especialmente la fuente de "dichos" (los logia, del famoso documento o evangelio Q). En el caso que nos ocupa nos encontramos con un material muy específico como son las famosas "antítesis", de las que en este caso se nos ofrecen cuatro. Estas de hoy no las encontraremos en el texto de Lucas, por lo que se piensa en un material que no podemos identificar. En este evangelio, pues se apunta claramente a la praxis cristiana, tal como lo necesita o lo entiende la misma comunidad mateana, que no puede desprenderse de su "judaísmo", aunque éste sea ya un judaísmo verdaderamente cristiano.

Todo comienza a ser difícil en nuestro evangelio si no acertamos a leer bien Mt 5,17; con los elementos de que se compone (los verbos "llevar a plenitud" —pléróó— y "anular" —katalvó—; e incluso la significación exacta de "nomos" —ley— y de sus "preceptos"). La discusión es del todo proverbial, inacabada e incluso patológica, tanto en la reforma como en el catolicismo en su confrontación con el mismo judaísmo rabínico. Los comentarios a nuestro texto y contexto nos llevarían muy lejos y debemos renunciar a ello. La distinción de los rabinos entre preceptos leves y preceptos graves no es significativa directamente en la lectura, pero de alguna manera las "antítesis" irán poco a poco subiendo un peldaño hasta la último sobre el amor a los enemigos (Mt 5,43-48) que es lo más radical; no obstante las cinco anteriores son también, en su exigencia, un órdago a la grande. Por ello no es una buena hermenéutica esa distinción entre lo grave y lo menos grave, sino que todo apunta a una propuesta de radicalidad y de exigencia que Mateo asume con decisión para su comunidad judeo-cristiana. Es ahí donde debemos centrar la plenitud de la ley y los profetas.
El Sermón de Jesús, para Mateo, es un imperativo y una exigencia, que no queda simplemente en una praxis jurídica, ritual, ni incluso moral, aunque no esté descartado por principio. Esta exigencia se inserta en la historia del pueblo, que es un pueblo que debe ser fiel a Dios, y por ello se habla de "plenitud". La "Ley y los Profetas" no son simplemente las dos partes esenciales de la Biblia, sino que debemos entenderla como la "historia de Dios con su pueblo" que debe llegar a la plenitud de la justicia y, más concretamente, de la gracia. Las "iotas" y las "tildes" (cosas mínimas) de la Ley no pueden quedar para nosotros en simples exigencias rituales o morales; si fuera así volveríamos a caer en un judaísmo que tendría poco que ver con la alternativa de la misma ética de Jesús, que es la ética revolucionaria del amor y de la gracia. Es decir, para Mateo, las "iotas" y las "tildes", símbolos de lo pequeño, forman parte de una plenitud que exigía la misma ley que todavía se venera y se asume en la comunidad mateana. Pero se está dando un giro decisivo, porque en la reflexión mateana, ya se sabe que Jesús no se queda simplemente en los preceptos veterotestamentarios. Ni la Torá judía, ni los Profetas, dejan de tener sentido, porque Jesús era un judío y no cambia de Dios ni de exigencias fundamentales frente a la maldad y al sinsentido de la vida y la religión. Es lo que deberíamos entender por encima de todo: la religión de la ley y los profetas llega a su "plenitud" (plerósai) si pensamos y sentimos como Jesús pensó y actuó como profeta de Galilea. Si se nos ocurriera interpretar en sentido fundamentalista que la ley y los profetas tienen vigencia para Jesús en sus pormenores, entonces deberíamos "desleer" el evangelio mismo y la historia de Jesús de Nazaret. Por tanto "plenitud" ética, pero más que eso plenitud en la fidelidad al Dios de la ley y los profetas que Jesús realiza con su vida y su entrega, con su mensaje radical sobre el Reino que ha llegado, o mejor, está ya presente.

Si nos fijamos concretamente en las antítesis, la primera (5, 21-26) nos habla de "matar", pero en realidad, desde el punto de vista formal, son tres elementos es uno: matar, encolerizarse contra el hermano, adversario-juicio. La radicalidad, pues, se da en que matar a alguien es un infierno. Pero se comienza a matar de muchas formas y de muchas maneras, aunque no nos sea permitido establecer una coordinación de los tres momentos del conjunto. Consideramos, pues, que lo pequeño y lo grande, las iotas y las tildes de la vida, forman un tejido en el comportamiento de la sociedad, que la moral o la religión no pueden desatender. En ese caso, "plenitud" es no hacer real a nadie, ni dejar espacio en nuestro corazón a la ira, ni tener adversarios en tribunales ni a la hora de practicar la religión, porque todo eso nos aparta de las bienaventuranzas que han abierto el Sermón de la Montaña.

La segunda de las antítesis (5,27-30) nos habla del adulterio. Sabemos que este tema tiene su paralelo en Mt 9,43-47 y 18,8s. ¿Es tan importante este propósito como para que forme parte de las antítesis o del Sermón de la montaña? También aquí se concatenan tres elementos formales: adulterio-concupiscencia, el ojo que se escandaliza y la mano. Estamos hablando de algo que afecta al matrimonio y a la familia, como base fundamental de la sociedad y de la sociedad judía. Entre otras razones porque el matrimonio es casi una obligación para un judío y eso que Jesús, con absoluta seguridad, no decidió casarse por dedicar su vida al "anuncio del Reino de Dios". En una sociedad de relaciones familiares, pues, el adulterio es un atentado a lo más esencial de la familia judía. Cosa que no hubiera sucedido para culturas "polígamas". ¿Fue eso esencial para Jesús de Nazaret? ¿Es una defensa de la santidad del matrimonio en la escuela de Mateo? Desde la antropología cultural debemos decir que sí, porque la moral tiene mucho de antropología cultural. Por lo mismo la radicalidad debemos aplicarla con el mismo criterio que hemos señalado en "matar", aunque la diferencia sea abismal para una ética simplemente natural. Se trata pues, de radicalizar algo sagrado en el mundo familiar judío. Pero hay más desde el punto de vista de Jesús: su amor por los pequeños, por la mujer, por los que no cuentan. En la praxis judía, los que habían sido cazados en adulterio podrían ser condenados a muerte por lapidación (cf Dt 12,21-24;Jn 8,lss), pero se encontraban, a veces, razones e interpretaciones para no aplicarlo, quizás porque los varones siempre encuentran sus privilegios. ¿No intentaría Jesús defender a la mujer, casada o no, con esta radicalidad? Podríamos aplicar aquí una hermenéutica en la que se pide que la mujer no sea solamente objeto de deseo, sino persona que es igual que los varones, madre de sus hijos, como lo es el varón padre de sus hijos. Es una radicalidad de mente y de corazón lo que se pide, pues, para el hombre y para la mujer; una radicalidad de relaciones no simplemente sexuales, sino de respeto mutuo, de integración social y religiosa a todos los efectos. Por ello "sacar", "arrojar, "cortar" ojos y manos no es más que un simbolismo para exigir la purificación del corazón, por la llegada del Reino de Dios, donde el hombre y la mujer se deben amar de verdad más allá de lo erótico.

La tercera antítesis (5,31-32), es sobre el divorcio. Es toda una consecuencia de lo anterior. El tema lo encontramos en el mismo Mt 19,9 (=Mc 10,11) y Lc 16,18. Desde luego que hay diferencias de formulación y no está clara la fuente que ha usado nuestro evangelista, aunque muchos se inclinan por el Documento Q ¿Por qué prohibe esta antítesis que nadie se case con una repudiada? Si la mujer ha obtenido el libelo de repudio se debería entender que está libre. El tema del divorcio de Dt 24,1 viene aquí como regulado o justificado por el caso famoso de la "pomeía" (fornicación=adulterio), aunque algunos autores piensan que el término "parektós" no se debe entender como una excepción, sino en sentido inclusivo ("incluso por fornicación" se debería traducir), pero no es lo más aceptado. Esta antítesis no parece estar en la línea radical de las dos anteriores; ¿Es una concesión de la escuela de Mateo por respeto a la tradición del judaísmo rabínico? El tema ha sido muy discutido, por activa y por pasiva, con planteamientos distintos entre protestantes y católicos. En síntesis, debemos afirmar que la radicalidad existe; que el divorcio no puede quedar como algo trivial, sino que es un atentado contra el amor. Pero el texto nos quiere decir más (salvo la excepción de porneía): el divorcio no es permitido porque es un atentado a la mujer, ya que las escuelas rabínicas dejaban claro su pretensión de que el hombre era quien tenía el privilegio del acta de divorcio. Aunque está formulado de forma un tanto jurídica, la exigencia de exponer a un varón al adulterio por casarse con una mujer repudiada está en la línea radical de cómo han sido construidas las antítesis. En todo caso, en ésta se da una crítica contra el derecho de divorcio porque el divorcio es romper el amor familiar. Pero si nos fijamos bien, no es la mujer la causante de adulterio, sino el hombre que repudia y el hombre que se casa con una repudiada. Son los varones los que han hecho la ley de Dt 24,1 en su favor y por eso el Sermón no acepta esa ruptura del amor familiar de los fuertes en contra de la voluntad de Dios. Pero si nos atreviéramos a darle un sentido concreto, aunque no inclusivo, al término "porneía", entendido como una imposibilidad de seguir manteniendo el matrimonio cuando es un "infierno de desamor", entonces seguiríamos la excepción de la escuela de Mateo y podríamos, incluso, defender que la porneía puede ser "el maltrato" a uno de los cónyuges, o a los hijos. Eso no contradice, creo, el pensamiento de Jesús según tenemos en Mc 19,11 y Lc 16,18. El pensamiento de Jesús o de la comunidad cristiana primitiva era: el divorcio, el repudio de la mujer, es un atentado contra el amor verdadero que no puede sostenerse ni siquiera en el precepto de la Torá de Dt 24,1, porque ese precepto va en contra del amor matrimonial en el que el varón (el fuerte) despide y degrada al débil (la mujer). Jesús no acepta esa ley de los fuertes frente a los débiles. No es posible decir más al respecto, siendo un tema tan definido y de influencias tan señalas en las distintas confesiones cristianas; cada matrimonio cristiano debe leer esta antítesis y las consecuencias pertinentes desde su conciencia personal y familiar.

La cuarta antítesis nos habla del juramento (5,33-37). Debemos reconocer que se trata de un texto espinoso y sorprendente hasta el punto de que el análisis literario distingue entre elementos secundarios y añadidos de la redacción mateana. Simplificando se podría entender que jurar en falso no es propio de los seguidores de Jesús. Encontramos un texto sobre ello en St 5,12. No se debe jurar, ni por Dios, ni por los hombres, ni por uno mismo, ni en nombre de lo más sagrado ¿Por qué? Porque no se jura para apoyar nuestra verdad o para reafirmar nuestra mentira o nuestra maldad. La verdad o la mentira resplandecen por sí solas. Es verdad que se quiere subrayar que la justicia cristiana no puede estar engolfada en la mentira. Pero como la antítesis tiene varios circunloquios respecto a Dios (el cielo y el templo como presencia de Dios), lo que se condena es apoyar la mentira en Dios. Es una antítesis por la que se intenta poner de manifiesto que Jesús exige la veracidad humana, pero va mucho más allá. Con ello se quiere poner en evidencia una costumbre muy extendida en la antigüedad sobre el juramento, especialmente ante tribunales. Pero en realidad esto debe entenderse como un "no" absoluto a la mentira con la cual se construye en este mundo el poder, la fama, la riqueza, el honor... La radicalidad de esta antítesis, desde luego, llega a rozar lo irreal, porque eso llevaría consigo no confiar en la palabra de inocencia en muchos casos de la vida. Es verdad. Muchas personas no tienen más que su palabra para proclamar su inocencia ante la sociedad y la ley, y no les quedaría más que apoyarse en su Dios para fundamentar su verdad. Pero podríamos entender que lo que la antítesis enseña es que le basta al ser humano su verdad, porque la verdad es el juramento mismo de su inocencia. Se entiende que por muy compleja que haya sido la praxis de esto en la comunidad primitiva y el que un precepto como este se exprese de esta manera para formar parte de las antítesis o programa del "reino" predicado por Jesús, se resuelve en la misma vida de Jesús de Nazaret que no tuvo que jurar ni por el cielo ni por la tierra. Este sería el derecho del reino de Dios que se enraíza en la verdad y no en la mentira del mundo. Y por ello, abusar del juramento podría estar en contra del planteamiento liberador de Jesús en su proclamación del reino.

Entre las muchas posibilidades de puntos diferentes de las antítesis y entre las posibles interpretaciones que tenemos, debemos señalar que existe un planteamiento bien determinado: "si vuestra justicia no es más grande que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos". Es toda una provocación, porque no se trata de una justicia más complicada en preceptos y en exigencias, sino cabalmente más perfecta en cuanto a que sea más simple, generosa y entregada. Lo más perfecto no es aquello que cumple los requisitos legales pormenorizadamente, sino lo que renueva verdaderamente la vida, la felicidad. Precisamente, en el caso del evangelio de hoy, lo que va más allá de la ley es lo que supera todo tipo de venganza, odio o el desamor; se propone la justicia que emana de unas nuevas relaciones entre Dios y el hombre, y de ahí de los hombres entre ellos mismos. Esa es la propuesta catequética de Mateo a su comunidad, en la que se intuye, claramente, que no se pueden justificar actitudes porque estén legalizadas. Sucede, a veces, que lo que está legalizado es injusto. Y contra ello está la justicia del Reino.

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)

10/2/23

EVANGELIO SABADO 11-02-2023 SAN MARCOS 8, 1-10 QUINTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





Por aquellos días, como de nuevo se había reunido mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y si los despido a sus casas en ayunas, van a desfallecer por el camino. Además, algunos han venido desde lejos».
Le replicaron sus discípulos:
«¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para saciar a tantos?».
Él les preguntó:
«¿Cuántos panes tenéis?».
Ellos contestaron:
«Siete».
Mandó que la gente se sentara en el suelo y tomando los siete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente.
Tenían también unos cuantos peces; y Jesús pronunció sobre ellos la bendición, y mandó que los sirvieran también.
La gente comió hasta quedar saciada y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil y los despidió; y enseguida montó en la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.

                                                 Es palabra de Dios

REFLEXION

¿Dónde estás? Eco de dos palabras sobrevolando un jardín de vida desbordante. El silencio fue la respuesta más dolorosa e inesperada. El interrogante se convirtió en lamento de aquel que cada tarde soñaba con un paseo y ahora se encuentra solo. La soledad con retazos de tristeza en los pies de un Dios que nunca dejó de pensar que su creación era "muy buena". Dolor de ausencia en un corazón andariego, siempre en busca de compañía para compartir el camino. Pero todo se transformó aquella tarde, lo que antes era brisa ahora era ruido, lo que era alegría en miedo, lo que era libertad en desnudez y lo que era encuentro se volvió escondite.

El hombre resquebrajó con su osadía la relación más limpia, el paseo más divino y la historia de un génesis a imagen y semejanza de Dios. Descubrió no sólo que estaba desnudo, sino que aprendió a echar las culpas a otro y a esconderse. Muy pronto supo quitarse la responsabilidad de su mal y acusó sin temor al inocente. Pero, además, para no afrontar la culpa se aferró a la cobardía, para que le ayudara a buscar escondrijo. Desde entonces vistió túnicas de piel y contempló, a lo lejos, como se cerraba el camino del árbol de la vida. Así, peregrino en tierra de sudor y sacrificio experimentó las consecuencias de sus actos contra Dios, añorando paseos en atardeceres infinitos.

A cada paso la súplica del salmista pidiendo compasión, mientras se cuentan los años al compás de una pérdida que necesita ser olvidada y restituida. Entonces, en el descampado, se escucha como alguien expresa lo que siente el eco del jardín nacido del mismo corazón de Dios: "siento compasión de la gente".

La raíz latina de la palabra compasión es "cumpassio", que significa "sufrir, con o sufrir juntos". La conexión del sufrimiento con otra persona hace que la compasión vaya más allá de la simpatía y entre en el terreno de la empatía. Sin embargo, la compasión es mucho más que la empatía, capacidad de relacionarse con el dolor de otra persona como si fuera propio pero que no tiene un componente activo, ya que se basa en la emoción y el sentimiento.

La compasión significa implicarse. Cuando los demás mantienen la distancia con los que sufren, la compasión nos impulsa a actuar en su favor. "La compasión es la capacidad de sentir lo que es vivir dentro de la piel de otra persona. Es saber que nunca podrá haber realmente paz y alegría para mí hasta que finalmente haya paz y alegría para ti también" (F. Buechner).

Tener compasión significa empatizar con alguien que sufre y sentirse obligado a reducir el sufrimiento. La misericordia es el fruto de la compasión. Es el regalo que hacen a los que sufren quienes viven su compasión. Jesús es movido a menudo a la misericordia a través de la compasión. Ella es quien le impulsa a actuar, misericordiosamente ama, sana y rescata. La propia presencia de Jesús en el mundo es el acto supremo de compasión. No merecíamos su sacrificio, pero debido al gran amor de Dios, fuimos tratados con misericordia y estamos llamados a vivir vidas de compasión y misericordia.

Fr. Martín Alexis González Gaspar O.P.
Convento de Ntro. Padre Sto. Domingo (Torrent)

9/2/23

EVANGELIO VIERNES 10-02-2023 SAN MARCOS 7, 31-37 QUINTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano. Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.
Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:
«Effetá» (esto es, «ábrete»).
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.
Y en el colmo del asombro decían:
«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

                             Es palabra de Dios

REFLEXION

Este fragmento del evangelio de Marcos, nos presenta a Jesús que, recorriendo territorio pagano, camino del mar de Galilea, le presentan a un hombre sordo y que apenas podía hablar, y le piden que le imponga las manos.

Jesús lo aparta de la gente, como dándole al acto un carácter más íntimo y personal, evitando convertirlo en algo extraordinario a la vista de los que le seguían, entonces toca los oídos y la lengua de este hombre y mirando al cielo exclamó EFFETÁ, que significa ÁBRETE, y el sordo comenzó a oír perfectamente y a hablar sin ninguna traba.

Jesús quiere quitar todo aspecto de espectacularidad a este acto de misericordia, y lo hace de forma íntima entre el atormentado por la sordomudez y Él. Lo único es que cuando sus seguidores son conscientes de lo que había ocurrido lo pregonan a los cuatro vientos, sin hacer caso de la advertencia del Maestro para que no lo hicieran.

Con esta curación persigue que, al que era incapaz de oír, oiga la Buena Noticia, y pueda proyectarla sobre los que tiene alrededor.

Cristo quiere que no solamente oigamos su mensaje, sino que escuchemos, interioricemos y asumamos sus palabras y que una vez hechas nuestras, actuemos como una correa de transmisión y demos a conocer a quienes nos rodean el maravilloso mensaje de Jesús, mensaje de vida y libertad, y, sobre todo, mensaje de amor.

El hecho de que la curación la realice en territorio pagano, le da un carácter más universal aún a la Buena Noticia, favoreciendo que pueda llegar a aquellos que no crean. 

¿En lo profundo de nuestro ser, querríamos ser como dioses?

¿Nos dejamos seducir y pisoteamos a aquellos que están a nuestro alrededor?

¿Queremos realmente tener nuestros oídos bien abiertos para asumir el mensaje que Jesús nos envía?

D. José Vicente Vila Castellar, OP
Fraternidad Laical Dominicana Torrent (Valencia)

8/2/23

EVANGELIO JUEVES 09-02-2023 SAN MARCOS 7, 24-30 QUINTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro.
Entró en una casa procurando pasar desapercibido, pero no logró ocultarse.
Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies.
La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija.
Él le dijo:
«Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».
Pero ella replicó:
«Señor, pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños».
Él le contestó:
«Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija».
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.

                                     Es palabra de Dios

REFLEXION

No está bien echar a los perros el pan de los hijos. Ésta es una de las palabras de Jesús más difíciles de comprender, del Jesús lleno de compasión y atención hacia los pobres. Algunos piensan que lo pudo decir por la conciencia que tenía de los límites geográficos de su misión. Otros afirman, para probar la fe de aquella mujer pagana. Pero esos métodos repugnan a la bondad de Jesús y a la bondad de Dios.

Pero ella no se desanima ante su dura respuesta, pues debía conocerle y confiaba en él: También los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños. El hecho es que Jesús se dejó convencer ante el amor de aquella madre fenicia: Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio, ha salido de tu hija.

La fe no es patrimonio exclusivo de nadie. Es don de Dios que fructifica en obras y actitudes donde encuentra corazones bien dispuestos. Siempre han existido malos creyentes y buenos paganos. Sólo Dios lee en el corazón y sabe quiénes le pertenecen.

Fr. Carlos Oloriz Larragueta O.P.
Casa Ntra.Sra. de los Ángeles (Vitoria)

7/2/23

EVANGELIO MIERCOLES 08-02-2023 SAN MARCOS 7, 14-23 QUINTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:
«Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre».
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola.
Él les dijo:
«¿También vosotros seguís sin entender? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón sino en el vientre y se echa en la letrina».
(Con esto declaraba puros todos los alimentos). Y siguió:
«Lo que sale de dentro del hombre, eso sí hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».

                         Es palabra de Dios

REFLEXION

Hoy Jesús en el evangelio de Mc nos enseña que todo lo que Dios ha hecho es bueno. Es, más bien, nuestra intención no recta la que puede contaminar lo que hacemos. Esta enseñanza de Jesús desconcierta  no solo a la gente que le busca sino hasta a los mismos discípulos que una vez más le preguntan “sobre el sentido de la comparación”  que ha expresado ante la gente. Jesús aprovecha esta ocasión para colocar los firmes cimientos y principios en los cuales se debe asentar la auténtica moralidad.

Jesús se ha encarado con los fariseos por la forma legalista con la que actúan e imponen a todos sus prescripciones, llegando a matar el espíritu de la ley. A Jesús le importa la gente, ve que la ley de los fariseos les está encadenando, impidiendo de vivir la verdadera libertad de los hijos de Dios. Jesús les dice que lo importante  no es mantener  la “pureza legal” ajustándose escrupulosamente a la letra de la ley  en lo referente  aquí a los alimentos y su preparación. Es más: No hay por qué pensar que hay unos  alimentos más “puros” que otros; todos vienen de la mano de Dios y están, por disposición suya, al servicio del  ser humano.

Jesús llama la atención sobre lo que procede del interior, lo que se genera en el corazón humano. Ahí es donde reside la fuente de nuestros actos: los buenos y los malos.

Por eso, Jesús nos dice: “Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre” (Mc 7,15). La experiencia de la ofensa a Dios es una realidad. No necesitamos ser lumbreras para constatarlo. Con facilidad descubrimos  esa huella profunda del mal en nosotros y en nuestro mundo esclavizado por el pecado. La misión que Jesús encargó a sus discípulos y nos sigue encargando hoy, es limpiar confiando en su gracia todo lo que contamina los corazones y esclaviza nuestro mundo. Sólo nuestra voluntad puede estropear el plan divino, vivamos vigilantes para que no sea así. Podemos hacer grandes cosas si nos damos cuenta de que cada uno de nuestros actos humanos se transforma unidos al querer de Dios.

Jesús hace aquí mención solamente a la fuente de nuestros actos malos. Nosotros también sabemos que en el corazón del ser humano anida todo lo bueno que somos capaces de hacer para que el Reino de Dios siga creciendo en nuestro mundo. Practiquemos esta invitación como comunidad cristiana.

Hna. Virgilia León Garrido O.P.
Congregación Romana de Santo Domingo

6/2/23

EVANGELIO MARTES 07-02-2023 SAN MARCOS 7, 1-13 QUINTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas).
Y los fariseos y los escribas le preguntaron:
«Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con manos impuras?».
Él les contestó:
«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:
“Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío,
porque la doctrina que enseñan
son preceptos humanos”.
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».
Y añadió:
«Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre” y “el que maldiga a su padre o a su madre es reo de muerte”. Pero vosotros decís: “Si uno le dice al padre o a la madre: los bienes con que podría ayudarte son ‘corbán’, es decir, ofrenda sagrada”, ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre; invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os transmitís; y hacéis otras muchas cosas semejantes».

                                  Es palabra de Dios

REFLEXION

Jesús tiene claro cual es su misión: ha sido enviado para librar al hombre de la esclavitud del pecado. Se mensaje es conciso, para que nadie se llame a engaño.

Si hay algo que no le gusta es la hipocresía, la doblez de corazón, la incoherencia de vida, la falta de autenticidad… todo esto se puede esconder debajo de un profundo discurso espiritual o en un aferrarse a normas y tradiciones, dejando de un lado lo importante. Cada uno que revise su vida con sinceridad, y vea en qué debe cambiar.

En el Evangelio Jesús reprocha a los fariseos su hipocresía: honra a Dios con los labios, pero su corazón está lejos. Hoy Jesús podría denunciar también la hipocresía que en la que viven muchos cristianos, pero a la inversa, honran a Dios en el corazón, pero con los labios lo niegan. Muchas veces los cristianos no se muestran como tal en sus ambientes de trabajo o estudio por miedo a ser rechazados o a que se burlen  de ellos.  Pueden llegar incluso a mofarse de algunas cosas de la fe para no ser señalados como retrógrados. Sufren en su interior pero no son valientes para ser fieles a su misión de dar testimonio de Cristo con su vida y su palabra donde se encuentren,

Pidamos al Señor la gracia de no acobardarnos. Sabemos que “quién pierde su vida la encontrará”, ánimo salgamos a la calle a anunciar el Evangelio. No nos quedemos en la sacristía.

None MM. DominicasMonasterio de Santa Ana (Murcia)



5/2/23

EVANGELIO LUNES 06-02-2023 SAN MARCOS 6, 53-56 QUINTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO





 En aquel tiempo, terminada la travesía, Jesús y sus discípulos llegaron a Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados, lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos en camillas. En los pueblos, ciudades o aldeas donde llegaba colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos la orla de su manto; y los que lo tocaban se curaban.

                                Es palabra de Dios

REFLEXION

El evangelio de hoy se sitúa en Genesaret, cuando Jesús ya está de lleno en lo que llamamos su vida pública, cuando Jesús ya ha predicado su buena nueva en diversos lugares y ha curado a bastantes enfermos. Su fama se ha extendido de un lado a otro. Y allí donde va acuden muchos a él para escuchar su palabra y que cure a los enfermos.

En principio, lo que más sobresale es la curación a los enfermos. “En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban enfermos en la plaza, y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos”.

Bien sabemos que entonces y ahora Jesús no busca solo la curación de los enfermos de sus dolencias físicas. Busca, ante todo, para que sus oyentes “tengan vida y vida en abundancia”, que acepten su evangelio, su buena noticia, cuyo núcleo está en el reino de Dios. Busca que sus oyentes acepten a Dios como Padre y Rey y Señor de sus vidas. Que le dejen reinar en sus corazones para que guíe todos sus pasos.   

De esta manera, nuestro corazón irá al ritmo del corazón de Jesús, y tendremos sus mismos sentimientos y sus mismas actitudes. Es el milagro de la transformación del hombre viejo al hombre nuevo. Cristo nos hace vivir mejor.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)