Es palabra de Dios
REFLEXION
La ley de Moisés amparaba el hecho de exigir reparación por el agravio sufrido, y además, de la misma intensidad que el agravio que se había infringido. ¡Ojo por ojo, diente por diente! Pero como nos refiere Mateo en este fragmento, Jesús se inclina por todo lo contrario. Parece que pretende nadar contra corriente, haciendo lo contrario de lo que, humanamente, parece lógico.
Es decir: “al que te agravie, no le hagas frente” y, por si fuera poco, pretende que “ofrezcamos la otra mejilla, cuando nos abofetean en una de ellas”; al que pretenda “apropiarse de tu túnica, que le des también la capa”; al que “te pide, que le des”, y al que “te pide prestado, que no te inventes excusas”, parece un “mundo al revés”, pero lo que en realidad pretende, no es que nos hagamos pasar por tontos, al contrario, que nuestra actitud esté siempre marcada por la amabilidad y la comprensión hacia los demás, con esto se consigue que, si las intenciones del otro no son honradas, con nuestra actitud hacerlo reflexionar y que aprecie que no actúa adecuadamente.
Por el contrario, si nuestra respuesta es airada o violenta, lo único que generaremos será más violencia, y el posible problema se enquistará y agrandará.
Jesús nos pide que seamos sencillos y que nos opongamos, por todos los medios, a la violencia. No hay más que ver las noticias o leer la prensa para darnos cuenta de la cantidad de injusticias y violencias que dominan el mundo, y así la convivencia pacífica resultará imposible, y solo se conseguirá que el egoísmo, la incomprensión y, por tanto, la maldad sean los que gestionen nuestras vidas.
¿Intentamos valorar si nuestros métodos son a costa del abuso hacia los demás?
¿El fin justifica los medios?
¿Seguimos la recomendación de Jesús de ser Mansos y Humildes como Él?