20/11/22

EVANGELIO LUNES 21-11-2022 SAN LUCAS 21, 1-4 XXXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo:
«En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

                            Es palabra de Dios

REFLEXION

En este evangelio Lucas nos cuenta una anécdota de Jesús en el Templo. La pobre viuda que echa en el cepillo dos reales. Y Jesús reconoce que es el mayor donativo que recoge el cepillo, siendo notablemente menos cuantioso, porque otros echan de lo que les sobra y ella, que pasa necesidad, echa lo que necesita para vivir.

Jesús, con ese hecho que narra el evangelio de Lucas, nos plantea una serie de interrogantes cruciales para nuestra vida. No basta con quedarse en “qué admirable era la viuda aquella” o “qué buena mujer y qué valiente, darlo todo". El evangelio hay que interiorizarlo, escuchar la palabra que nos es dirigida a cada uno de nosotros y responderla. Dice Jesús que aquella mujer pasaba necesidad. Jesús percibe la situación lastimosa de la mujer, sintoniza con ella. Siente que tiene una vida difícil. No es nuestro caso, en general, pero ¿somos capaces de sintonizar con los apuros de nuestros prójimos, como lo siente Jesús?

La segunda cuestión que nos plantea la necesidad de esta viuda reclama nuestro pensamiento en el estilo de vida, de necesidades y lujos de los que nos rodeamos. La sociedad nos lleva a una vida de consumos y apariencias, cuando la realidad de tanta pobreza en nuestro mundo nos obligaría a una vida digna pero austera, una sensibilidad ecológica y solidaria, comprometida con la igualdad y el respeto por los pobres y perjudicados del planeta.

Otra tercera cuestión, más personal y directa, sería el compromiso en la búsqueda de soluciones para los que pasan necesidad y sufren las diferencias enormes entre los pueblos. Sentir que Dios nos hace hermanos y nos vincula a todos en esa nueva creación, nos llama a la Sión definitiva, supone que nuestro estilo de vida en este mundo debe ser “irreprochable” que dice el Apocalipsis, es decir, vivir en la misericordia, la dignidad, la libertad y el amor, siendo un canto de salvación y de paz con nuestros semejantes.

Hagamos del Magnificat nuestro canto de alabanza y compromiso con la construcción del Reino de Dios.

D. Oscar Salazar, O.P.
Fraternidad de Laicos Dominicos de San Martín de Porres (Madrid)