La parábola del evangelio de hoy se sitúa al final del discurso de Jesús sobre las señales del fin. La higuera que retoña nos está indicando que el verano se aproxima. Ya se está pasando el invierno de la desolación y persecución; los campos del verano ya están en mies y los árboles dan su fruto. Así también vosotros, cuando veáis éstas señales, sabed que está cerca el reino de Dios.
Y añade que los de esta generación lo verán; ya se lo anunció a Natanael en su primera llamada: “veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre” (Jn 1, 51).
El reino nace en el corazón que le ama, pero no es fácil identificar estas señales con el reinado de Dios porque ya dijo Jesús a los fariseos que le pedían un signo, que no se le darían más señal, que el signo de Jonás (c.f. Mt 12,39).
Finalmente, cuando juzgaron a Jesús en el consejo del sanedrín éste respondió: “El Hijo del hombre estará sentado desde ahora a la derecha del poder de Dios”. (Lc 22,69). Cielo y tierra pasarán más sus palabras no pasarán.
None Monasterio Ntra. Sra. de la Piedad - MM. Dominicas