Es palabra de Dios
REFLEXION
El cristiano alaba con admiración al Padre no pide como mendigo que súplica, solicita como hijo, que su nombre, es decir la realidad del Padre, sea reconocida por la humanidad gracias al testimonio filial de la comunidad que lo invoca.
Quiere el cristiano que el reinado del Padre se haga efectivo en la tierra para que reine la libertad, la verdad, la justica, la paz, el amor, la vida.
Pide el creyente: que la voluntad de Dios sea gozo comunitario, convivencia festiva, ayuda servicial al hermano; proyecto de libertad y de vida; esperanza cierta de una vida nueva y una nueva convivencia humana. Que su voluntad se cumpla con la exactitud, con la alegría y el gozo, con que se realizan en el cielo.
Ora la comunidad: danos el pan de la eucaristía, para así compartir el pan del estómago, de la cultura y del progreso y, también el pan de la fe.
Rezamos: Padre perdónanos, lo necesitamos, para perdonarnos unos a otros y no falsificar el amor fraterno; líbranos de caer en la tentación de abandonarte por nuestro yo autosuficiente, individualismo egoísta y orgullo, por nuestra avaricia. Sí, Padre, líbranos del mal. Amén.