El evangelio de este domingo inicia el discurso apostólico de Jesús, que constituye un esbozo de una primera teología de la misión; una perspectiva apropiada para definir la vocación e identidad de la comunidad eclesial en el mundo actual.
El creyente se siente comprometido a la misión, a un cambio de la realidad, fundamentado en la responsabilidad de toda la Iglesia. Cada creyente es llamado personalmente a trabajar por el Reino sin caer en el pecado de atender a sus propios intereses.
Si la fe es una experiencia personal vivida en la comunidad, la misión también lo es. Y la medida apropiada no es la eficacia inmediata de la acción, sino la fidelidad a la voluntad de Dios.
Fr. Juan Luis Mediavilla García
Convento de Santa Sabina (Roma)