Es palabra de Dios
REFLEXION
Sorprendente pregunta de Jesús. Sus padres “angustiados” y, al encontrarlo, le escuchan esa pregunta, hecha desde la serenidad y la seguridad de haber realizado lo que era su deber. Para Jesús está claro su cometido: “ocuparse de las cosas de su Padre”. Sus padres tendrían que ir asimilando entre sorpresas y desconciertos que ese Hijo, no seguía la pauta de los demás; tenía su propia pauta. Tenía muy claro su objetivo y cumpliría con su misión desde su adolescencia. El evangelio, pese a lo que todos desearíamos saber, no nos cuenta casi nada de sus años “ocultos”. Lo llena su vida “pública”, con sus parábolas, sus milagros, su predicación por Palestina. A todos nos hubiera gustado saber cuál era el tema que discutían Jesús y los doctores de la ley. No lo sabemos, pero el evangelio deja una nota muy significativa: “Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas”.
Volviendo a la pregunta de Jesús, podemos cuestionarnos cómo irían asimilando sus padres ese ir descubriendo la realidad profunda de su Hijo. Debió ser un proceso lento, desde el cual ellos irían descubriendo la presencia de Dios hecho hombre y entrarían en una nueva dinámica. Era un joven como los demás y, sin embargo, iba orientando su vida por caminos sorprendentes, sinuosos quizá para sus padres, que tenían que ver muy poco como lo que era común a los otros muchachos.