19/6/23

EVANGELIO MARTES 20-06-2023 SAN MATEO 5? 43-48 XI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

                            Es palabra de Dios

REFLEXION

Este Evangelio de San Mateo, como la primera lectura de Corintios, marcan el camino para ser perfectos; no con las miras humanas, ni con la medida o “ranking” que tenemos los hombres, para definir lo que es la perfección, sino como el Señor indica y aconseja. Nosotros solamente tendemos a hacer el bien con los que nos hacen el bien; esta actitud es buena, pero el Señor quiere algo más, que es lo que marca la diferencia, y es que queramos a todos: a los buenos y a los malos, a los justos e injustos, etc. Esta forma de vivir nos hace libres y felices, pero, ciertamente, es imposible sin la plena confianza en el Señor y la intervención de su gracia.

Nuestro modelo de perfección es Jesucristo, por lo tanto, todo momento es oportuno para abrirnos a Él, darle nuestro sí sincero, para que nuestro corazón esté a la escucha de su voz, viviendo en plenitud sus palabras, que nos ayudan a llenarnos de Él y ser así, perfectos como el Padre celestial es perfecto.

En este texto, Jesús enseña a sus discípulos que el Antiguo Testamento queda superado, porque en él había un precepto que decía: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”, pero, ahora Él se proclama el Mesías esperado para los que quieran creer, porque Jesús da plenitud a la Ley de Moisés.

Tenemos un Padre celestial que es justo y bueno con todos por igual, que no hace distinciones, y nosotros, al ser sus hijos, tenemos que aprender de Él, amar y rezar por todos.

Vivamos al cien por cien estos consejos día a día, para que seamos libres y felices en plenitud, cumpliendo la voluntad de Dios en nuestras vidas.

Monasterio de Santo Domingo - Dominicas
San Sebastián