6/2/25

EVANGELIO VIERNES 07-02-2025 SAN MARCOS 6, 14-29 IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían:
«Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él».

Otros decían:
«Es Elías».

Otros:
«Es un profeta como los antiguos».

Herodes, al oírlo, decía:
«Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado».

Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado.

El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener a la mujer de su hermano.

Herodías aborrecía a Juan y quería matarlo, pero no podía, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía. Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto.

La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.

La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven:
«Pídeme lo que quieras, que te lo daré».

Y le juró:
«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino».

Ella salió a preguntarle a su madre:
«¿Qué le pido?».

La madre le contestó:
«La cabeza de Juan el Bautista».

Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió:
«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».

El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.

Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.

                        Es palabra del Señor

REFLEXION

La fama de Jesús, basándose en su vida y predicación, había empezado a extenderse y había distintas opiniones sobre él.  Que si era Juan Bautista, Elías, uno de los profetas antiguos…

El rey Herodes, a pesar de que apreciaba a Juan, hostigado por Herodías, que estaba muy en contra de Juan, que la reprochaba su unión con la mujer de su hermano, acabó dando muerte a Juan Bautista.

Nunca los cristianos de cualquier época debemos emplear nuestros recursos para ir en contra del evangelio, que es el mejor camino para vivir nuestra vida.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)

5/2/25

EVANGELIO JUEVES 06-02-2025 SAN MARCOS 6, 7-13 IV SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.

Y decía: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos.»

Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

                            Es palabra del Señor

REFLEXION

Este pequeño relato del evangelio de Marcos contiene un mensaje de gran importancia para los creyentes en Jesús de Nazaret. Nos habla de algo fundamental para nuestra vida: nuestra responsabilidad en el anuncio de la Buena Noticia.

Es cierto que el evangelio habla de que Jesús envió a los Doce, pero no es posible pensar que esa misión está reservada en exclusiva a ellos… Ya en el Evangelio aparece otro envío de Jesús a 72 discípulos.

De hecho, en aquel momento Jesús no disponía de muchos “efectivos” disponibles para poder enviarlos. Respondiendo a su llamada había un pequeño grupo de personas que le seguían, escuchando su palabra, contemplando sus gestos, compartiendo su vida. El contraste con la actualidad es gigantesco: hoy somos muchos millones de personas en el mundo las que confesamos a Jesús de Nazaret.

Y resulta asombrosa la diferencia entre aquel puñado de personas que seguían a Jesús y que llevaron la noticia sobre Él a todas partes, hasta entregar la propia vida, y esa dinámica en la que parece que nos movemos la gran mayoría de los creyentes, en la que se diría que “no nos consta” que a nosotros también nos “corresponde” el anuncio de Jesús y su Buena Noticia.

En cualquier caso, y para todos, Jesús nos da los criterios irrenunciables que se han de dar en ese anuncio:

Los envía, de dos en dos. Los discípulos “salen” al encuentro, no esperan a que las gentes se acerquen a ellos o al templo de piedra. Y van de dos en dos. La evangelización no es tarea que se pueda vivir de manera individualizada, sino acompañados. Es la comunidad la llamada a anunciar. En ella se piensa, se discierne, se decide el qué y el cómo adecuados al momento presente y la situación. Las tareas se diversifican a partir de esa búsqueda común.

Pobreza de las personas, pobreza de los medios. Las manifestaciones religiosas de masas, espectaculares, que tanto nos agradan con frecuencia, no tienen precisamente las características del anuncio al que Jesús nos invita. Menos aún, si suponen la utilización de grandes medios y hacen ostentación de riqueza.

Nos prepara para el fracaso. Ciertamente hay anuncios que tienen poco que ver con la propuesta de Jesús, y que no merecen ser admitidos… Pero el anuncio más genuino de Jesús no tiene la garantía de ser aceptado, como él mismo no fue aceptado por la mayor parte de los contemporáneos que le conocieron o recibieron noticias sobre Él. Y este fracaso no debe llevarnos a la decepción y el abandono. Respetando la libertad de los destinatarios, continuamos en otros lugares ese anuncio.

El anuncio conlleva mucho más que la predicación, aunque en consonancia con ella. Hay sobre todo obras. Obras que suponen sanación, salvación, alegría, vida… sin obviar las dificultades de la existencia humana.

Hna. Gotzone Mezo Aranzibia O.P.
Congregación Romana de Santo Domingo


4/2/25

EVANGELIO MIERCOLES 05-02-2025 SAN MARCOS 6, 1-6 IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos.

Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».

Y se escandalizaban a cuenta de él.

Les decía:
«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».

No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.

Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

                               Es palabra del Señor

REFLEXION

Por su parte, el Evangelio de hoy nos invita a meditar sobre las adversidades, en este caso, sobre el rechazo al que Jesús se enfrenta en su propia tierra, entre quienes lo conocen desde su infancia. Esta experiencia de rechazo nos permite acercarnos al corazón humano de Jesús, quien, a pesar de ser el Hijo de Dios, experimenta la incomprensión y la falta de fe de aquellos que deberían acogerlo con mayor facilidad.

Jesús, sin embargo, no responde con resentimiento ni se aparta de la misión a la que ha sido llamado, pero si se asombra; y es que su asombro ante la incredulidad de los suyos es también una muestra de su amor y humanidad, que nos sirve de espejo; porque, incluso cuando enfrentamos rechazo o incomprensión, estamos llamados a perseverar en el amor y en el cumplimiento de nuestra vocación cristiana.

Este pasaje también nos recuerda que Dios actúa de manera sorprendente y, muchas veces, a través de lo cotidiano. Los habitantes de Nazaret no pudieron reconocer a Jesús como el Mesías porque lo veían solo como "el hijo del carpintero". El texto nos invita a abrir los ojos a la presencia de Dios en nuestra vida diaria y a confiar en que él puede obrar maravillas incluso en circunstancias adversas.

Que este Evangelio nos inspire a crecer en fe, a acoger con corazones abiertos y a reconocer la presencia de Dios en los rostros y acciones de quienes nos rodean a pesar de su rechazo.

¿Qué situaciones en tu vida han producido frutos de justicia y paz, aunque inicialmente parecieron difíciles o dolorosas? ¿De qué manera puedes aprender del ejemplo de Jesús para perseverar en el amor incluso ante el rechazo?

Fraternidad Laical de Santo Domingo de Valencia

3/2/25

EVANGELIO MARTES 04-02-2025 SAN MARCOS 5, 21-43 IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor y se quedó junto al mar. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:
«Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva».

Se fue con él y lo seguía mucha gente que lo apretujaba.

Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando:
«Con solo tocarle el manto curaré».

Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba:
«Quién me ha tocado el manto?».

Los discípulos le contestaban:
«Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: “Quién me ha tocado?”».

Él seguía mirando alrededor, para ver a la que había hecho esto. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que le había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad.

Él le dice:
«Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad».

Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:
«Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?».

Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:
«No temas; basta que tengas fe».

No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:
«¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta; está dormida».

Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo:
«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).

La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor.

Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.

                               Es palabra del Señor

REFLEXION

Entrando en el pasaje, este no hace otra cosa que destacar elogiosamente lo que el cristianismo paulino (y, como acabamos de ver, la carta a los Hebreos) - repite sin cesar: que sólo la fe – en Cristo - es salvífica. Así, tanto la hemorroisa judía como el jefe judío de la sinagoga son elogiados por haber descubierto esta verdad, lo cual no es sino un avance en la religión con respecto a sus coetáneos judíos, centrados en la eficacia salvífica de la observancia religiosa.

Y, sin embargo, un detalle no se nos escapa: en ambos casos, hay un contacto físico: o bien Jesús – la fuente del poder salvífico - es tocado (por la hemorroisa), o bien toca él (a la hija de Jairo). En los paralelos de Mateo 9 y Lucas 8, sucede lo mismo. Expliquémonos: en efecto, para muchos estudiosos, los orígenes ancestrales de la religión suponen el paso de la experiencia mágica a una experiencia espiritual de orden superior; sin embargo, también muchos nos recuerdan que nunca se abandonado del todo el sentido de lo mágico en la expresión religiosa.

Para el judaísmo, la lucha contra la superstición mágica era un empeño que nunca acababa de superarse y el naciente cristianismo se encontraba en la misma tesitura. Así, en el gesto físico del tocar, la fuente de salvación se “objetualiza”: Cristo se convierte en una reliquia medieval. ¿No sería necesario – conforme a la doctrina paulina de “sola fides” – superar tal vestigio mágico del pasado para que la “sola fe” sea en efecto “sola fe” y Dios deje de ser un fetiche?

Como cabría esperar, esto es lo que hace el Evangelio, pero no será el evangelio de Marcos, sino que habrá que esperar a Mateo, Lucas y Juan - textos posteriores que representan un avance y purificación de la fe - los que lleven a una mejor expresión el principio de “sola fe”. Así, en pasajes paralelos de Mateo 8, Lucas 7 y Juan 4, podemos ver este avance en otra narración de sanación, en este caso, de un centurión romano (Mateo y Lucas) y un funcionario real (Juan). En este caso, no hay ningún contacto físico, ni siquiera se recurre a la presencia de Jesús: es la pura fe del que cree la que desencadena la acción salvífica, lo que el evangelista no deja de enfatizar mediante una vehemente aprobación puesta en boca del propio Jesús.

Pero, nuevamente, no se nos pasa por alto el detalle: frente al caso anterior – protagonistas judíos – en este segundo, de fe estilizada, los protagonistas son paganos (y, en principio, oponentes por su condición social). Esta señal no debe de ser minusvalorada para comprender el desarrollo subsiguiente de la fe y la religiosidad cristiana a lo largo de los siglos.

En efecto, el proceso de esclarecimiento de la fe no terminó con el Evangelio, más bien comenzó con él; en su propio desenvolvimiento, la fe ha continuado buscándose y purificándose a sí misma, y no sólo en la persona de sinceros creyentes, sino especialmente por medio de aquellos que, por principio, serían los discordantes, los alejados, los oponentes: críticos, herejes, disidentes, agnósticos, ateos… personas que tanto y tanto han aportado al proceso de definición de la fe cristiana de modo que esta pueda esperar alcanzar a ser en verdad sola fe.

En este sentido, ya en la modernidad, la crítica de pensadores y filósofos, el desarrollo del conocimiento mediante las ciencias físicas, biológicas, la psicología… han resultado invaluables para el doloroso – insisto en este aspecto - proceso de depuración y rehechura de la fe cristiana, ayudándonos a descubrir no tanto lo que es Dios, sino aquello que llamábamos Dios y que no lo era, pues como ya decía Tomás de Aquino, más que conocer quién es Dios, podemos conocer qué no es.

De modo, concluyamos, que, cuando la fe se detiene en su devenir, se acomoda a lo dado, deja de desafiarse a sí misma, la religión que la expresa y materializa dice mentira de su objeto, que no es otro que Dios mismo. Por eso la religión ha de ser un continuo superarse en el desenvolvimiento de la verdad a la que aspira: Dios.

Con todo, entreverado con esta reflexión, no puedo evitar el pensamiento de todas esas mujeres sencillas, que, en su fe, acuden a tocar – como la hemorroisa de los evangelios – el manto de la Virgen de mi pueblo. ¿Será esta, acaso, verdadera fe, sola fe?

Fr. Ángel Romo Fraile
La Virgen del Camino (León)

2/2/25

02 DE FEBRERO : FIESTA DE LA CANDELARIA

 








   Bajo una persistente lluvia y con gran cantidad de fieles, se realizó en el santuario de Quinchilca, distante 8km de nuestra ciudad,  camino de Los Lagos a Riñihue, la tradicional fiesta de la Candelaria donde los fieles agradecen a la Virgen María por los favores recibidos y le solicitan que continúe intercediendo ante su hijo Jesús, que puedan tener prosperidad y salud en los que resta del año.

EVANGELIO LUNES 03-02-2025 SAN MARCOS 5, 1-20 IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos.

Apenas desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo. Y es que vivía entre los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras.

Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó con voz potente:
«¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes».

Porque Jesús le estaba diciendo:
«Espíritu inmundo, sal de este hombre».

Y le preguntó:
«Cómo te llamas?».

Él respondió:
«Me llamo Legión, porque somos muchos».

Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca.

Había cerca una gran piara de cerdos paciendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaron:
«Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos».

Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se ahogó en el mar.

Los porquerizos huyeron y dieron la noticia en la ciudad y en los campos. Y la gente fue a ver qué había pasado.

Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Y se asustaron.

Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su comarca.

Mientras se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le pidió que le permitiese estar con él.

Pero no se lo permitió, sino que le dijo:
«Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti».

El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

                           Es palabra del Señor

REFLEXION

El Evangelio describe a un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Andaba desnudo dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras.

Ambiente de muerte y destrucción de violencia y de tormento; de autolesión y autodestrucción, enfrentándose a fuerzas físicas y poderes espirituales que buscan la destrucción de la persona. Esto nos muestra la profunda angustia, el dolor y tormento interior que aquel hombre sentía… vivía entre los muertos;  presentaba claras tendencias suicidas; situación de opresión y muerte.

El hombre pregunta: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? (conoce quien es Jesús)

Jesús pregunta ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo. Es como si Jesús le dijera; cae en la cuenta de que tú no eres eso… eso es la ideología (de la legión de destrucción y muerte) y la sola presencia de Jesús lo saca de un mundo impuro (cerdos) y su pregunta hace que el espíritu salga y el sanado empiece a experimentar una vida nueva restaurada su libertad y dignidad (vestido) y en su sano juicio.

Cristo no es bienvenido por las ideologías de destrucción, locura y muerte, de injusticia y ceguera materialista. Le piden que se vaya.

Y ahora es Jesús el que le pide al que ha sanado: Vete a tu casa, a los tuyos y anuncia lo que Dios ha hecho contigo por su misericordia.

Cristo deseaba restaurar a este hombre social y familiarmente. El hogar debe ser el primer lugar donde el creyente debe dar evidencias de su nueva vida.

Sigue el camino de Jesús; lucha contra ideologías de deshumanización, injusticia y locura, y colabora en todo lo que sea devolver la dignidad a las personas, hacer la vida más humana y anuncia el poder de la fe que es un gran camino para destruir ideologías,  humanizar y dignificar la vida.

Fr. Isidoro Crespo Ganuza O.P.
Convento de S. Valentín de Berrio Ochoa (Villava)

1/2/25

DOMINGO 02 DE FEBRERO : IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, LA PRESENTACION DEL SEÑOR

 





En este domingo cuarto del Tiempo Ordinario, al coincidir con el día dos de febrero, se celebra la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo. Es una fiesta con una gran tradición popular, y aunque es esencialmente cristológica, tiene sus connotaciones marianas. En muchos lugares se celebran las Candelas que aplicado a Maria es la Virgen de las Candelas o la Candelaria.

Esta Fiesta de la presentación tiene aún un cierto sabor a la Navidad. Jesús se nos ha presentado en forma de Niño como el “Dios con nosotros”. Se manifestó en la cueva de Belén a los pastores y fueron testigos sus padres María y José. Más tarde se sigue manifestando a los Reyes Magos, implicando para poder encontrarlo, a los entendidos de Israel. Este hecho ya da señales de inquietud a los poderosos.

Al parecer el Evangelista Lucas siente la necesidad de presentarnos otra manifestación importante para el futuro de lo que será este Niño. Lo saca del anonimato al presentarlo en el Templo de Jerusalén como el Mesías enviado por Dios. Lo hace, no ante los dirigentes religiosos, sino ante dos personas ancianas, Simeón y Ana, prototipo de la “fe de los sencillos”. Este tipo de “fe sencilla” les hace tener un corazón abierto a los designios de Dios para con su pueblo y toda la humanidad. Nos representan a todo hombre y mujer de cualquier tiempo y lugar, que viven su fe con sencillez y tienen un corazón abierto para la acogida de Dios y que repercute también para saber acoger a los hermanos.

Este es el primer paso para evangelizar y, en este Año Jubilar, caminar hacia una “esperanza que no defrauda”

Fr. Manuel Gutiérrez Bandera
Virgen del Camino (León)


LECTURAS DEL DOMINGO 02-02-2024 : IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, LA PRESENTACION DEL SEÑOR

 

Primera Lectura

Lectura del libro de Malaquías 3, 1-4

Esto dice el Señor Dios:
«Voy a enviar a mi mensajero para que prepare el camino ante mí.

De repente llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando; y el mensajero de la alianza en quien os regocijáis, mirad que está llegando, dice el Señor del universo. ¿Quién resistirá el día de su llegada? ¿Quién se mantendrá en pie ante su mirada? Pues es como fuego de fundidor, como lejía de lavandero. Se sentará como fundidor que refina la plata; refinará a los levitas y los acrisolará como oro y plata, y el Señor recibirá ofrenda y oblación justas.

Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en tiempos pasados, como antaño».

                               Es palabra del Señor


Salmo

Salmo 23, 7. 8. 9. 10 R/. El Señor, Dios del universo, Él es el Rey de la gloria

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las puertas eternales:
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso,
el Señor, valeroso en la batalla. R/.

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las puertas eternales:
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios del universo,
él es el Rey de la gloria. R/.



Segunda Lectura

Lectura de la carta a los Hebreos 2, 14-18

Lo mismo que los hijos participan de la carne y de la sangre, así también participó Jesús de nuestra carne y sangre, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo, y liberar a cuantos, por miedo a la muerte, pasaban la vida entera como esclavos.

Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar los pecados del pueblo. Pues, por el hecho de haber padecido sufriendo la tentación, puede auxiliar a los que son tentados.

                                       Es palabra del Señor

REFLEXION

La Lectura (Malaquias 3,1-4): El mensajero de la Alianza

El texto de este profeta posterior al destierro, no solamente habla del famoso "día de Yahvé" con tonos apocalípticos, sino desde una perspectiva más audaz y esperanzadora para este mundo y esta historia. Se refiere, claro está, a la historia de Israel y su pueblo, esa experiencia que es la base de todos los mensajes proféticos. El libro de Malaquías abunda en visiones futuras sobre el tiempo escatológico en el que se reunirán en torno a Yavé las naciones para adorarle. El texto que nos ocupara de esta primera lectura litúrgica se ha escogido porque se considera como la "profecía" de cumplimiento del relato de Lucas sobre la presentación de Jesús en el templo. Un relato, que como veremos, tiene más de simbólico y teológico que de histórico, aunque no quiere decir que el hecho no sea histórico en sí.

Son tres los personajes que se anuncian en el texto: "mi mensajero... el Señor.. el mensajero de la alianza", y se ha discutido si se refiere a la misma persona o son enviados previos. El mensajero, sin embargo, se ha identificado en la tradición cristiana con Juan el Bautista (Mt 11,10), hasta el punto que la figura del Bautista es una de las más apreciadas en el Adviento. Pero sobre todo se describe con imágenes enérgicas, propias del mensaje apocalíptico, la obra de purificación que Yavé llevará a cabo para separar el mal del bien, y concluye con el resultado final: será posible ofrecer a Dios, definitivamente, una ofrenda agradable, porque el pueblo será también definitivamente según lo que Yahvé espera de él.

Interesa especialmente el "mensajero de la alianza", porque es una constante de la teología profética, aunque tenga los tonos apocalípticos de esta que nos ocupa. Pensar que Dios ha de enviar a alguien para que restaure la Alianza es como empezar de nuevo, como si la Alianza del Sinaí va no tuviera valor. Este es uno de los motivos por lo que fueron rechazados los profetas. La Alianza no es algo que acontece sin el compromiso de un pueblo por la justicia y el proyecto de Dios. Si no se vive la Alianza, esta se ha roto por parte del pueblo... Pero Dios siempre está empeñado en rehacer la Alianza y el proyecto de salvación con su pueblo.

II Lectura (Hebreos 2,14-18):

Como sus hermanos... por eso el "digno de fe"

Este hermoso texto de la carta a los Hebreos es muy significativo por varias razones. Principalmente porque quiere mostrar a Jesús que desde ahora se le va a presentar como "Sumo Sacerdote". Todavía no estamos en el c. 7 de esta carta o sermón a los Hebreos, donde se describe de una forma extraordinaria el papel de Jesús corno Sumo Sacerdote, original, capaz de hacer lo que los sacerdotes de la Antigua Alianza no han sabido y no han podido llevar a cabo: introducirnos en el "sancta sanctorum", en la intimidad de la santidad de Dios, donde se pensaba que nadie antes podía llegan. Nuestro sacerdote, sin embargo, lo ha logrado. Y todo esto porque Jesús es de nuestra carne y de nuestra sangre.

Ese "Sumo Sacerdote"; pues, título poco efectivo para describir la obra de Jesús, pero lleno de contenido, es de nuestra familia, de nuestra carne, vive nuestra historia, conoce nuestros pecados y nuestras miserias. Ha aprendido todo lo nuestro — sin ser pecador—, para poder llegar al corazón de la maldad humana y cambiarla radicalmente. Es, sobre todo, "compasivo y fiel (pistos)". Se ha discutido mucho cómo ha de entenderse el adjetivo "fiel"; creo que se debe interpretar, especialmente, corno "digno de fe", de absoluta confianza para nosotros. ¿Por qué dice esto? Porque si bien Jesús de Nazaret no es de familia sacerdotal, lo que ha hecho por nosotros, por nuestra liberación lo hace verdaderamente "digno de fe y confianza". Nos ha traído la salvación y ha hecho posible nuestra reconciliación con Dios, destruyendo el mal (el diablo), dice el texto. Y especialmente es digno de fe, porque ha sabido vivir nuestra misma vida, sin sentirse alejado del pueblo y de sus miserias.

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)


EVANGELIO DOMINGO 02-02-2025 SAN LUCAS 2, 22-40 IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, LA PRESENTACION DEL SEÑOR

 





Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».

Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel».

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.

Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

                                    Es palabra del Señor

REFLEXION

Estamos ante una verdadera obra maestra de la teología de Lucas (ya se comentó el texto en el domingo después de Navidad, la Sagrada Familia). Queremos resaltar que narrativamente es un texto evangélico y, corno tal, con un mensaje que va mucho más allá del hecho histórico de la presentación de un recién nacido para cumplir la ley de Moisés (o la ley de Dios como se dice a continua-ción). Se ha de tener en cuenta que no era necesario que el niño fuera llevado al templo para cumplir con el precepto de esa ley de la purificación de la madre (cf Lv 12,1-8), porque lo de la presentación del niño no era algo requerido por la ley de Moisés. Se quiere, pues, mostrar que los padres de Jesús se atienen en todo a esa ley,y pretenden "consagrarlo al Señor" según lo quo establecía un precepto (Ex 13,2.12.15), con el rescate del primogénito (Ex 13,13; 34,20) con el pago de cinco siclos (Num 18,15-16); aunque Lucas no dice expresamente que se llevara a cabo ese rescate así. Lo importante era poner de manifiesto que los padres de Jesús querían incardinar a su hijo a todo aquello que era considerado como una vida de fidelidad a Dios cumpliendo ciertos preceptos.

Pero es eso precisamente lo que va a ser puesto en entredicho en esta narración lucana. Los padres que viven de esa fidelidad se van a encontrar, de pronto, con personajes que viven y sienten al margen de esos preceptos. Son el viejo Simeón y la profetisa Ana, quienes con su mensaje van a poner en "solfa" todo lo que manda la ley y exige la tradición. Porque no basta con eso para ser fieles a Dios. Y esta es una lección "teológica" que sus padres aprenden con admiración y con la misma fidelidad con que intentaban ser fieles a la tradición y a la religión de su pueblo. Estos personajes de la narración aparecen como por ensalmo, pero no se quedan en la pura estética. No son los sacerdotes los que acogen a Jesús en este momento en que es llevado al templo, sino dos personajes que nada tienen que ver con la ceremonia que se realiza. Primeramente, un anciano que esperaba la "consolación de Israel". No podemos menos de unir esos dos elementos: anciano y quien espera la consolación (según ls 40,1; 51,12; 61,2 designa la salvación de Israel). Su canto del "Nunc dimittis" encierra todos los tonos del Espíritu, quien pasa a ser protagonista a partir de este momento. Por eso mismo debemos saber leer nuestro relato acentuando cómo se pasa desde la ley de Moisés al Espíritu. Esta será una constante en la obra de Lucas. La salvación no llegará por la ley, sino por el Espíritu de Dios. Cuando los padres van a consagrar al niño a Dios, es Simeón quien aparece para "arrebatar" al niño de las manos maternas y presentarlo él con su "palabra" y con su canto, bendiciendo a Dios. No debemos pasar por alto este detalle, con toda su significación.

El canto de Simeón, el "Nunc dimittis" está cargado de resonancias bíblicas y especialmente por lo que se refiere a presentar a Jesús como "luz" de todas las naciones (Is 52,10). Es la primera vez que aparece en la obra de Lucas y será como una línea dorada en su doble obra (Evangelio-Hechos). Jesús no ha venido solamente para salvar al pueblo de Israel, sino a todos los hombres. Es una salvación que ilumina a todos los pueblos. Ese carácter universalista de la salvación es, debe ser, central en el mensaje de esta fiesta.

El papel de Ana, la profetisa, no es tampoco un adorno narrativo, aunque no está falto de estética teológica. Viene en apoyo de lo que Simeón anuncia. No olvidemos que es una "profetisa", que está día y noche en el templo. El templo como lugar de la presencia de Dios, de los sacrificios y peregrinaciones.

Ahora a esta mujer –debemos resaltar lo de ser mujer–, se le enciende el alma y el corazón de una forma profética para proclamar la liberación (el rescate) de Jerusalén o de Israel, el pueblo de Dios. Ya no es simplemente la mujer que en silencio ora y asiste a las ceremonias sagradas, sino que rompe muchos silencios de siglos, con la llegada de este niño al templo. Su voz femenina le da entraña a todo aquello que podía haber quedado en un rito más de purificación.

No entramos en las palabras de Simeón a María (vv. 34-35), del signo de Jesús, bandera discutida, que habla de su historia concreta, de su predicación, de su experiencia de Dios, de sus ofertas de salvación a los pecadores. Y de la "espada" (cf Ez 14,17) de María, que es la espada de la palabra salvadora que lleva a la pasión. Sabemos que todo esto no ha podido formularse sino después de los acontecimientos de la Pascua. Porque, como todo el conjunto de Lc 1-2, esta es una escena programática que habrá de desarrollarse a lo largo de la vida de Jesús. Y no podemos olvidar que la historia concreta de Jesús es la historia de un Mesías rechazado. María, en ese momento, para Lucas, no solamente es una figura histórica, que lo es como madre que lleva a su hijo, sino que representa a la nueva comunidad que fiel a Dios, pasa desde su experiencia de la fidelidad a la ley a la experiencia de la fidelidad al Espíritu. Por eso la palabra de Jesús y su vida, es una espada de identidad para esta comunidad.

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)