REFLEXION
Si en nuestras instituciones escolares, los profesores dijesen con cierta antelación a los alumnos las preguntas que les iba a poner en el examen… podemos sospechar que la inmensa mayoría aprobaría, incluso con buena nota.
Jesús, nuestro Maestro y Señor ha sido capaz de decirnos a lo largo de su predicación la pregunta que nos va a hacer en nuestro examen más importante, en el examen final de nuestra vida. Nos asegura que ese examen va a versar sobre el amor, si hemos amado a nuestros hermanos, si hemos dado de comer al hambriento, de beber al sediento, de dar posada al peregrino… Jesús es bien claro, no es de esos profesores que ponen preguntas raras, que ningún alumno se espera.
Esta reflexión viene a cuento porque en el evangelio de hoy “uno le preguntó: Señor ¿serán pocos los que se salven? La respuesta de Jesús está resumida en estas dos frases suyas: “Esforzaos en entrar por la puerta estrecha” (que nosotros sabemos que es la puerta del amor), y para poner un tanto de suspense, añade: “Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos”.