Es palabra de Dios
REFLEXION
El tono duro en que Jesús habla a la gente en este Evangelio nos da a entender de que se trata de algo importante, por eso les habla así para llamar su atención y que no se les olvide. El discernimiento es transcendental para la vida del cristiano, porque la vida nos expone continuamente ante dos caminos a elegir y es necesario saber encaminar nuestros pasos en la dirección correcta. Nuestro corazón se siente agitado por multitud de deseos y sentimientos, que contrastan entre ellos, y hay que elegir con acierto lo que más y mejor nos acerque a Dios. En el ejercicio del discernimiento en un primer momento hay que tener el coraje, la honestidad y la libertad interior de reconocer las voces que nos llaman desde nuestro interior y en un segundo momento interpretar de dónde nos vienen (de Dios, del demonio o de nosotros mismos) y hacia dónde nos encaminan. Este segundo paso exige de nosotros que nos confrontemos con honradez con las exigencias de la moral cristina, considerada a la luz de la Palabra de Dios y de la experiencia de la relación personal con el Señor. Pidamos al Señor el don de discernimiento, que ilumine nuestra mente para descubrir el bien y la verdad, y mueva nuestra voluntad hacia ella. “Aparta de mí Señor, todo lo que me aparte de Ti” |