Es palabra de Dios
REFLEXION
En el evangelio de hoy, (Mt 10,1-7) se inicia lo que llaman el Sermón de la Misión o discurso misionero. En él encontramos tres asuntos o partes: a) el llamado (V 1, Jesús llamó a los discípulos y les entrega unos dones que ellos jamás hubieran imaginado); b) los nombres de los doce, les llama individualmente a cada uno; C) los envió con un cometido, lugar y misión concreta. “No entréis…id a las ovejas descarriadas de Israel” No pueden olvidar que van a realizar una misión que no nace de ninguno de ellos. Jesús los capacitó invistiéndolos con su propio poder y que Él recibió de su Padre. Por tanto los discípulos deben recordar siempre cuál es el origen de su función=servicio, y recordar que la autoridad que manifiestan para “expulsar espíritus malos y sanar toda enfermedad” no es por méritos propios, es un poder recibido para hacer bien a los demás. Es ofrecer el mensaje de salvación del mismo Jesús. No aún para todos los pueblos sino para la casa de Israel. Jesús muestra aquí su preferencia. Más tarde serán enviados hasta los confines del mundo.
Hoy Jesús sigue llamando, (dice tu nombre) convocándonos para que vayamos (no es necesario cruzar fronteras) y demos testimonio de que el Reino de Dios se inicia aquí, en nuestro mundo. Él necesita de nuestra docilidad para responder a la misión que cada uno tiene asignada en el plan de Dios. Ojalá no perdamos la oportunidad de escuchar y acoger lo que Él quiera de nosotros.
Podemos orar preguntándonos: ¿Cuál es la misión concreta, con mi realidad de hoy a la que el Señor me envía? No perdamos la ocasión de preguntarnos con otros por las necesidades concretas de nuestro mundo y cómo podemos llevarlas a cabo.