Es palabra de Dios
REFLEXION
Sigue Jesús enseñando a sus discípulos y no pone ante ellos un panorama halagador. Anuncia que se van a encontrar como ovejas entre lobos, y este anuncio sigue vigente entre nosotros ahora y en el futuro. Los seguidores de Jesús tenemos un riesgo seguro: predicamos el Evangelio, y esto no está de moda. Nunca ha sido universalmente entendido y el mensaje en él contenido, aceptado. La Iglesia nacida a raíz de Pentecostés ha sido, y sigue siendo, el blanco preferido por parte del mundo y las persecuciones se suceden sin descanso. Antes de Constantino las persecuciones eran una constante. Cuando Constantino publica su edicto y hace del cristianismo la religión del Imperio Romano, pareció llegar la paz a los seguidores de Cristo, pero pronto el resultado fue una Iglesia domesticada; una Iglesia que, en seguida y sin descanso, se amoldo a los usos y costumbres de los poderosos, adoptando unas formas de hacer, más próximas a un feudalismo puro y duro, y cada día más alejada de la sencillez de Cristo y alejada de su mensaje de amor y servicio. La fortaleza de la Iglesia de los mártires se transformó en otra muy diferente en la que la actitud de servir cambió y se hizo dominadora. La sencillez de los primeros obispos, se transformó en poder, incluso con ejércitos propios, y el clero, con honrosas excepciones, pasó de dominado a dominador. Y a pesar de todas las torpezas que los humanos vamos cometiendo, la Iglesia sigue viviendo, crece, o decrece al ritmo de los tiempos, pero se mantiene viva. Ciertamente hemos olvidado que Cristo nos dijo que no nos ocupáramos por lo que tendríamos qué decir o cómo lo diríamos. El Espíritu Santo hablaría por nosotros, pero esto lo olvidamos y nos dedicamos a construir discursos eruditos, no se sabe si para defendernos o para atacar al contrario. Nos hemos hecho odiosos no por el nombre de Jesús, sino por el mal uso que de él hacemos. La historia sigue caminando y el aviso que Jesús nos da de que seremos odiados a causa de su nombre, se sigue produciendo. Hay obispos encarcelados por el simple hecho de ser obispos cristianos. Hay cristianos martirizados a lo largo y ancho del mundo solo por ser seguidores de Jesús. Nuestros templos y capillas son profanados en nombre de una pretendida “libertad de expresión” que no tiene nada de libre. Y nosotros seguimos adelante, alegres, trabajando por el Reino y sabiendo que el Señor, al final, nos protege y nos salva. La Iglesia seguirá siempre viva. D. Félix García O.P.Fraternidad de Laicos Dominicos de Viveiro (Lugo) |