Es palabra de Dios
REFLEXION
En el Evangelio de hoy, Jesús hace una crítica a quienes, cerrados en sus ideas y creencias, son incapaces de abrirse al Espíritu de Dios que va hablando a través de personas y acontecimientos. Y lo hace comparándolos con quienes al oír a unos niños tocando la flauta, no son capaces de bailar, o con quienes al percibir la aflicción de estos mismos niños, no pueden llorar. Es decir, que la actitud de cerrazón, les impide acoger, comprender, sentir, abrazar la realidad en su profundidad y por tanto la Vida. Esa Vida, con mayúsculas que es fuente de sentido, de alegría, de libertad, en definitiva de salvación y que se manifiesta en Cristo.
Ciertamente, la experiencia de todos nosotros es que no siempre estamos receptivos y abiertos para dejar que algo pueda moverse en nuestra existencia y aferrados a lo nuestro, a lo de siempre, posiblemente por miedo a perder suelo seguro, nos perdemos la oportunidad de acoger el viento del Espíritu de Cristo que está siempre reorientando y reconduciendo nuestra vida por caminos nuevos y sorprendentes. Caminos, que si los seguimos, nos llevarán hacia una mayor plenitud de vida en el Amor. Porque Dios siempre nos regala más de lo que podemos esperar si confiamos en Él.
¿Quiénes están tocando hoy músicas de esperanza para nuestro mundo, que nos invitan a entrar en su danza? Y al mismo ¿Qué dolores de nuestro mundo estamos llamados a hacer nuestros? ¿Hacia dónde y quiénes el Señor quiere ponernos en movimiento?
Que en este día podamos abrir nuestros sentidos a la música y al llanto que hoy Dios, quiere hacernos escuchar.