8/9/23

EVANGELIO SABADO 09-09-2023 SAN LUCAS 6, 1-5 XXII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





Un sábado, iba Jesús caminando por medio de un sembrado y sus discípulos arrancaban y comían espigas, frotándolas con las manos.

Unos fariseos dijeron:
«¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?».

Respondiendo Jesús, les dijo:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, y tomando los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, comió él y dio a los que estaban con él».

Y les decía:
«El Hijo del hombre es señor del sábado».

                             Es palabra de Dios

REFLEXION

Para encuadrar el evangelio de hoy hemos de tener en cuenta las palabras de Jesús aclarando que Él no ha venido a abolir la ley, sino a darle plenitud. Y esto aplicado a cualquier ley, máxime a aquellas promulgadas por los rabinos, como es la que hoy nos muestra el texto.

Los destinatarios del evangelio de Lucas son cristianos convertidos del paganismo, personas que no se ven tan afectadas por las costumbres judías, especialmente en lo referente a la institución sabática. El hecho de proceder del paganismo explica que determinadas costumbres judías no tuvieran mayor valor para ellos. Pero hay también conversos judíos que critican determinadas conductas que se apartan de sus tradiciones, algo que, seguramente, los judíos valoraban como un rasgo distintivo.

A lo que nos cuenta Lucas, Mateo añade una aclaración: los discípulos cogían espigas porque tenían hambre. En ese sentido los discípulos no contravenían la normativa del sábado, ya que la ley mosaica permitía coger uvas o espigas, pero sí iba contra las 39 prohibiciones de la tradición rabínica. Jesús defiende a los discípulos aludiendo a la conducta del rey David que, huyendo de Saúl él y los suyos, comieron los panes de la proposición, algo que solo podían hacer los sacerdotes.

Al argumento histórico, Jesús añade su autoridad: “El Hijo del Hombre es señor del sábado”. Él no vino a eliminar la ley mosaica, vino a darle plenitud y eso implica desbrozar esa ley, eliminando los añadidos de los comentaristas y tradiciones rabínicas respecto del descanso sabático. Los leguleyos habían convertido esta ley del sábado en una opresión, puesto que obligaba a las personas a estar al servicio del sábado. Jesús lo dejó claro en Marcos 2,27: “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”.

Seguramente esta actitud de Jesús añadió un argumento más a la inquina con que los representantes de la ley contemplaban su actuación al anunciar el Reino de Dios.

Vivimos en un mundo donde abunda más la autosuficiencia que la disponibilidad a cumplir leyes.  Evitando siempre los extremos, sí es bueno cuestionarnos qué representa la ley, siempre necesaria, en nuestra vida de cristianos. Ahondar en el espíritu de la ley.

Este evangelio debería ayudarnos a colocar las leyes en la necesaria jerarquía que deben ocupar en nuestra vida, para que el evangelio de Jesús nos ayude a caminar con auténtica libertad y no por normativas muertas que calman nuestras inseguridades, pero no nos llevan a Dios. “Mi yugo es llevadero y mi carga ligera… Cargad con mi yugo y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”, dijo el Maestro, animándonos a imitar su propia conducta, siempre libre y liberadora.

Fray Salustiano Mateos Gómara O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)