Es palabra del Señor
REFLEXION
Es un texto el de este evangelio que podíamos calificar de revolucionario. Jesús manifiesta un cambio en la mentalidad religiosa de judíos, representada en este caso por los fariseos, y los discípulos de Juan Bautista. Basta ver el concepto de Dios que aparece en la primera lectura, y el Dios de Jesús. No lo preciso, mejor que se lea.
Fariseos y discípulos de Juan, por otra parte, entienden la religión como cumplimiento de la legislación religiosa vigente. Jesús ofrece un vino nuevo, un paño nuevo, que no encaja en esas tradiciones religiosas. La novedad de la enseñanza de Jesús, se basa en que la raíz de la vida religiosa, espiritual, y también humana consiste en disfrutar de su cercanía, en la amistad con Él, en dejarse llenar de sus sentimientos, de seguir su estilo de vida, de acogerle y dejarse guiar por su palabra…
Es necesario, pues, un cambio radical de mentalidad, abrirse a la novedad del Reino que predica Jesús. Esto era necesario en aquellos momentos y en este. Seguir a Jesús, es más que ajustarse a prácticas rituales, incluso aceptables, como el ayuno. Es comprometerse afectivamente con su persona. Lo que supone romper con estilos de vida, a los que les falta vida, entusiasmo, alegría, e ir directamente a la alegre novedad de su persona y de su enseñanza.
Lo que nos lleva a formularnos unas preguntas: ¿En qué basamos nuestra fe cristiana?: ¿en someternos a las obligaciones que nos impone los distintos preceptos o en disfrutar de la cercanía de Jesús, de la novedad de su Evangelio?
¿Caemos en la tentación de querer hacer componendas entre el Evangelio, -lo nuevo- y ciertos intereses nuestros, como la búsqueda del poder, la comodidad egoísta que se despreocupa de los demás…, -lo viejo-?