Analizar cualquier situación requiere dejar a un lado el pensamiento propio y buscar cada punto de vista, sin dejar que nuestro pensamiento influya en la visión general. En un accidente hay tantas versiones como personas que están presentes en el lugar, sin contar con que, al pasar de los días, se multiplica por las personas que han escuchado el relato.
El hecho que nos cuenta el Evangelio hoy, tiene al menos 4 puntos de vista: los amigos del paralítico que no se desaniman por muchas dificultades que se presentan para ayudar a su amigo, salvan todos los obstáculos y después de conseguir su objetivo (llevar a su amigo ante Jesús) ya dejan el protagonismo a quien lo tiene de verdad; el paralítico, aquel que sufre por su propio problema, el que parece ser protagonista de la historia, pero que en realidad es el medio que se utiliza para la enseñanza que se nos quiere transmitir, porque el verdadero protagonista es Jesús, que recibe con gusto la tarea de ayudar a alguien que necesita de su amor y que enseña que el perdón está por encima de cualquier sufrimiento, de cualquier dolor; pero queda un último punto de vista, el de quienes se quedan en la parte negativa y no descubren lo bueno de la historia, el paralítico ha sido sanado, pero sobre todo que lo que paraliza a las personas muchas veces son sus actos, no sus enfermedades y que los que critican la actuación de Jesús son los que de verdad están paralizados ante su vida.
Cada uno de los puntos de vista de este acontecimiento nos puede enseñar algo nuevo, nos puede ayudar a crecer, cada uno verá lo que necesita y cómo debe actuar en función de su forma de ver la vida.
¿Qué te interesa ver? ¿Qué necesitas cambiar ¿Qué enseñanzas te ayudan a crecer?