Es palabra de Dios
REFLEXION
En este pasaje del evangelio de San Marcos podemos percibir cómo eran las jornadas de Jesús en su vida pública. Jornadas que comenzaban de madrugada con la oración, en comunión con su Padre, donde sacaba la fuerza para sanar, anunciar la Buena Noticia y mantenerse firme ante las tentaciones del diablo y no sucumbir a un falso mesianismo. Es por eso que, ante las palabras de sus discípulos: “Todo el mundo te busca”, él contesta: “Vámonos a otra parte”. Personalmente, me parece muy sugerente ese “todo el mundo te busca”, porque nos muestra la fuerza espiritual y de atracción de Jesús. Sin duda, no pasaba desapercibido, al mismo tiempo que no iba buscando fama ni protagonismo. Su persona era en sí misma, una luz para el camino, una fuente para aliviar la sed, un refugio donde hallar descanso, un alivio para el dolor, una palabra de consuelo y esperanza. ¿Podría decirse lo mismo de nosotros? Por otra parte están los milagros, signos del Reino, incluso la curación de una fiebre, como en el caso de la suegra de Pedro. Jesús está en medio de nosotros como el que sirve (Lc, 22,27) y quiere que nosotros hagamos lo mismo, de ahí que, la suegra de Pedro, nada más ser curada por Jesús, se levante y se ponga a servirles. Oración Señor, te doy gracias por haberme llamado al servicio del Reino. Te pido perdón por las veces que he rehuido tus llamadas y las mediaciones que has puesto en mi vida para hacérmelas llegar. Ayúdame a ser fiel a la oración para que, dócil a tus inspiraciones, todos mis pensamientos, palabras y acciones comiencen en ti, como su fuente, y tiendan a ti, como su fin, así mi vida será reflejo de la tuya y viviré, como Tú, haciendo el bien a todos. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. Hágase en mí según tu Palabra. |