Es palabra de Dios
REFLEXION
La cita de hoy, del evangelio de Mateo, está totalmente relacionada con la lectura de Isaías. Nosotros podemos ser esa generación que no sabe vivir la fiesta, el banquete, la felicidad que Dios quiere para todos sus hijas e hijos. Estamos convirtiendo la felicidad en un artículo de consumo o evasión para disfrute de unos pocos; nos cuesta pensar y no estamos dispuestos a cambiar nuestro ritmo de vida en beneficio del bien común de la humanidad. Pero esta situación no trae felicidad y vida. No puede haber fiesta, no puede haber Eucaristía sin comensales abiertos a compartir. No se puede entender a un Dios de la fiesta y el banquete sin asumir el dolor, el llanto, el lamento de los hermanos y hermanas sufrientes. Nos ponemos con demasiada frecuencia disculpas a nosotros mismos, intentamos justificarnos para seguir tranquilos, diciendo que no sabemos qué hacer… que no podemos cambiar nada… Nuestra fe no tiene la finalidad de la austeridad y el rigorismo de la visión que tenía Juan Bautista, pero precisamente un Dios de la Fiesta, de la Vida, del Amor, conlleva tener los mismos sentimientos de Dios hacia los crucificados de la tierra, buscando la liberación, la cura, el alivio, el trato humano y fraterno con todos los excluidos de este banquete. Frente a esta actitud profética de Jesús, de denuncia y anuncio, solo nos queda preguntarnos si es ésta nuestra actitud, frente a la sociedad y a la Iglesia. |