16/12/23

LECTURAS DOMINGO 17 DE DICIEMBRE : TERCER DOMINGO DE ADVIENTO

 

Primera Lectura

Lectura del libro de Isaías 61, 1-2a. 10-11

El Espíritu del Señor, Dios, está sobre mí,porque el Señor me ha ungido.Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres,para curar los corazones desgarrados,proclamar la amnistía a los cautivos,y a los prisioneros la libertad;para proclamar un año de gracia del Señor.Desbordo de gozo en el Señor,y me alegro con mi Dios:porque me ha puesto un traje de salvación,y me ha envuelto con un manto de justicia,como novio que se pone la corona,o novia que se adorna con sus joyas.Como el suelo echa sus brotes,como un jardín hace brotar sus semillas,así el Señor hará brotar la justiciay los himnos ante todos los pueblos.

             Es palabra de Dios

Salmo

Lc 1, 46-48. 49-50. 53-54 R. Me alegro con mi Dios.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;porque ha mirado la humildad de su esclava.Desde ahora me felicitarán todas las generaciones. R/.

Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:su nombre es santo,y su misericordia llega a sus fielesde generación en generación. R/.

A los hambrientos los colma de bienesy a los ricos los despide vacíos.Auxilia a Israel, su siervo,acordándose de la misericordia. R/.

Segunda Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 16-24

Hermanos:Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.No apaguéis el espíritu, no despreciéis las profecías. Examinadlo todo; quedaos con lo bueno.Guardaos de toda clase de mal. Que el mismo Dios de la paz os santifique totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, se mantenga sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.El que os llama es fiel, y él lo realizará.

                           Es palabra de Dios

REFLEXION

  • Iª Lectura: Isaías (61,1-2.10-11): Nuestro futuro está en las manos de Dios

 La primera lectura pertenece a la tercera parte del profeta Isaías (cc. 56-66) que refleja una época distinta de las dos anteriores del libro, aunque no hay posturas unánimes sobre cuándo y cómo surgieron estos textos. En todo caso, el de hoy, es uno de los más conocidos, ya que el evangelista Lucas lo ha aplicado con  acierto  a lo que Jesús leyó en la sinagoga de Nazaret (Lc 4,16ss). ¿Para qué? Para describir la actividad del profeta definitivo que Dios había de enviar a anunciar la salvación a todos los hombres que sufren, a los corazones atribulados, la amnistía y la libertad a los encarcelados. En nuestra lectura, como sucede con la cita de Lucas en la sinagoga de Nazaret, se descarta la “venganza” de Dios y solamente se anuncia el “shenat ratsón”, el año o el tiempo favorable. En el futuro, que está en las manos de Dios, no caben venganzas ni calamidades. Hasta las ideas proféticas del AT deben serán corregidas por Jesús.

 Por lo mismo, el que se haya elegido este texto como pórtico de la liturgia de la palabra, denota que el Adviento ha de tener el perfil de los grandes anuncios que crean esperanza y servirá para apoyar la confesión que Juan el Bautista -según el evangelio de Juan- nos ofrece en la lectura evangélica de hoy para describir a Jesús, el que ha de venir. Si el evangelio, si el Adviento en este caso, no es una buena noticia para los pobres, los ciegos, los que sufren, entonces no es un verdadero Adviento cristiano. El profeta se adueña de los sentimientos divinos, sentimientos de alegría, como novio y como novia en el día más grande de su amor, porque percibe ese día como un día de justicia para todos los pueblos.

  • IIª Lectura: Tesalonicenses (5,16-24): Semper gaudete (¡siempre alegres!)

 La Primera carta a los Tesalonicenses, en este final que leemos  este domingo, insiste en la alegría como motivo predominante de la liturgia de hoy. El v. 16, “semper gaudete” ha dado nombre a este tercer domingo de Adviento. La Navidad está a las puertas y la alegría, como impulso del Adviento, siempre ha sido el perfil de identidad de este domingo. Pablo anima a la comunidad de Tesalónica a que no le falte el «espíritu» que es el soplo de la profecía y sirve para discernir lo bueno de lo malo, las noticias de esperanza frente a las noticias de augurios tenebrosos. La «parusía», la venida del Señor, debe sorprendernos en estas actitudes.

 Pablo ha escrito gran parte de esta carta para aclarar algunas cosas sobre ese momento de la venida del Señor.  Para nosotros, la venida del Señor es un acontecimiento de gracia que hemos de vivir en la Navidad que ya está cerca. Debemos preparar todo nuestro ser, como dice el Apóstol, para que el misterio de la encarnación, que aconteció por nosotros, no sea en vano.  Pablo pone de manifiesto, en un proceso bien construido, las actitudes fundamentales ante estas cosas importantes: estad siempre alegres (pántote jaírete - semper gaudete), acción de gracias a Dios, no apagar el Espíritu para poder discernir lo malo de lo bueno.

 Debemos destacar esto último que Pablo pide a la comunidad de Tesalónica: no apagar el Espíritu. En el contexto de aquella comunidad, que tuvo que padecer mucho y ser perseguida por aceptar el evangelio, es más relevante, si cabe. Porque no hay evangelio, buenas noticias, si no se anuncia proféticamente. Incluso en la adversidad hay que experimentar que Dios está de parte de la humanidad. Para ello se necesita tener el Espíritu, no apagarlo, como motivo de alegría.

Fray Miguel de Burgos Núñez(1944-2019)