8/6/23

EVANGELIO VIERNES 09-06-2023 SAN MARCOS 12, 35-37 NOVENA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: "¿Cómo dicen los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, movido por el Espíritu Santo, dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies." Si el mismo David lo llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?". Una muchedumbre numerosa le escuchaba a gusto.

                                                Es palabra de Dios

REFLEXION

Por las distintas profecías los judíos sabían que el Mesías sería de la estirpe de David. Pero la idea que ellos tenían era terrenal, pensaban en un líder político, en un rey. Por eso Jesús les plantea esta cuestión: ¿Cómo va a ser (solamente) hijo de David si el mismo Rey David, inspirado por el Espíritu Santo, le llama “Señor”? Para los judíos “Señor” solo era Dios. En este pasaje Cristo está aludiendo a su doble naturaleza divina y humana, les está diciendo que el Mesías no es solo un caudillo, un jefe. El Mesías es el Hijo de Dios venido a salvar al  género humano más allá del pueblo de Israel. Es el que ha venido a vencer a la muerte, a abrir las puertas del cielo, a salvar nuestras almas, a transformar el mundo y a liberarnos de la esclavitud del pecado.

¿Quién es ese al que el mismo Rey David reconoce como hijo y a la vez le llama “Señor”? (Salmo 110) Es el Mesías que había de venir, su descendiente y a la vez Hijo de Dios. Los escribas y los fariseos entendían perfectamente las palabras de Jesús por eso su empeño en deshacerse de Él, en quitarle la vida. Para ellos era una blasfemia que alguien se atreviera a proclamarse hijo del Altísimo. Cristo nunca ocultó su naturaleza, su verdadera identidad. Y todo lo que dijo, todo lo que recogían las profecías antiguas, se cumplió en la mañana de la Resurrección. De nada sirvieron las traiciones, las persecuciones, los tormentos, la muerte: Jesús se desveló en toda su Gloria y con Él fuimos salvados todos.

D. Luis Maldonado Fernández de Tejada, OP
Fraternidad Laical de Santo Domingo, de Almagro

7/6/23

EVANGELIO JUEVES 08-06-2023 SAN MARCOS 12, 28B-34 NOVENA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser". El segundo es este: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.» Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

                                    Es palabra de Dios

REFLEXION

La pregunta del letrado es sincera porque responde a un problema real: la gente piadosa estaba sumergida por una avalancha de más de 300 mandamientos. Jesús responde citando a la letra dos textos fundamentales de la Escritura: Deuteronomio 6, 4-5 y Levítico 19, 18.

Jesús une inseparablemente amor a Dios y al prójimo. Sólo el amor a Dios (dejarse querer por Dios) hace posible el amor al prójimo y sólo el amor al prójimo prueba que realmente amamos al Padre de nuestros prójimos y hermanos.

Este único mandamiento es el que da sentido a todos los demás. Cualquier acto de culto o de devoción encontrará su verdadero sentido en este único mandamiento. O carecerá de sentido si no está realmente unido a este doble amor. En teoría lo admitimos, pero en la práctica lo olvidamos con mucha frecuencia. Por eso, el Señor lo volvió a repetir con más fuerza aún en la parábola del juicio final (Mateo 25, 31-46).

Fr. Carlos Oloriz Larragueta O.P.
Casa Ntra.Sra. de los Ángeles (Vitoria)

6/6/23

EVANGELIO MIERCOLES 07-06-2023 SAN MARCOS 12, 18-27 NOVENA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntaron:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero no hijos, que se case con la viuda y dé descendencia a su hermano".
Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.
Cuando llegue la resurrección y resuciten ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella».
Jesús les respondió:
«¿No estáis equivocados, por no entender la Escritura ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten, ni los hombres se casarán ni las mujeres serán dadas en matrimonio, serán como ángeles del cielo.
Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: "Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob"? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados».

                         Es palabra de Dios

REFLEXION

El mundo judío del siglo I se encuentra dividido. No todos los judíos pensaban igual. Había grupos diferentes: Saduceos, Fariseos, esenios y Celotes. Jesús nace en un contexto concreto donde Él va a desarrollar su Misión Profética: “La Novedad del Reino”. Los Saduceos eran la clase más alta del poder, la élite de las familias más ricas de Judea. Estaban en el Templo y eran aliadas del Imperio Romano. Son la élite económica, política y religiosa que dominaban el parlamento judío “el Sanedrín”. Ellos no creían en la resurrección de los muertos. La predicación de Jesús y su persona, manifiesta que lo importante de la Torá no es la casuística, ni la prolongación de lo conocido, sino, el amor del Padre que acoge. Él es el origen y la plenitud del ser al que estamos llamados. Jesús denuncia la mezquina idea que tienen de la vida futura y presenta a Dios como el Dios de los que viven: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el dios de Jacob.No es un Dios de muertos sino de vivos. Estáis en un gran error”. La forma de hablar de Jesús es novedosa. Su esperanza no está en la tradición, en las costumbres o en los intereses humanos y egoístas. Su esperanza del cielo está en la capacidad para compartir la eternidad de Dios que es Fuente de Vida, Amor y el Fundamento de nuestro ser.

Hna. María del Mar Revuelta Álvarez
Dominica de la Anunciata

5/6/23

EVANGELIO MARTES 06-06-2023 SAN MARCOS 12, 13-17 NOVENA SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, enviaron a Jesús algunos de los fariseos y de los herodianos, para cazarlo con una pregunta.
Se acercaron y le dijeron:
«Maestro, sabemos que eres veraz y no te preocupa lo que digan; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?».
Adivinando su hipocresía, les replicó:
« ¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea».
Se lo trajeron. Y él les preguntó:
«¿De quién es esta imagen y esta inscripción?».
Le contestaron:
«Del César».
Jesús les replicó:
-«Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
Y se quedaron admirados.

                                     Es palabra de Dios

REFLEXION

En el texto del Evangelio que hoy nos presenta la liturgia, unos hombres se acercan a Jesús con una pregunta que esconde una intención maliciosa. La pregunta en sí era importante, porque reflejaba una herida en el alma de Israel, una preocupación seria y honda de los judíos de aquel tiempo, un conflicto interior que agitaba su corazón. La ocupación romana no era para ellos un problema meramente político y social sino también religioso. Veían amenazada su identidad, su misma vocación divina. Era una realidad sufriente y había confusión respecto a cómo afrontarla. Jesús, lleno de misericordia, aunque reprueba claramente la hipocresía de sus interlocutores, no deja pasar la oportunidad y les ofrece una palabra iluminadora.

La respuesta del Señor causó admiración porque es ciertamente magistral. Se ha convertido en una de las máximas más famosas de entre las muchas salidas de sus labios: «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios». Estas palabras llevan implícitas una manera de ver la vida, el mundo y a Dios. Jesús acogía la realidad en su conjunto: histórica, material, terrena, espiritual, celestial. Y sea cual sea la circunstancia que le interpelaba, Él respondía DANDO. Dar siempre. Él dio al César lo que era del César. Dio a todos lo debido: pagó sus impuestos, rindió obediencia a sus autoridades, a la Ley; apoyó económicamente a su familia y se da por supuesto que, mientras trabajó, ofreció una labor de calidad a sus clientes. Durante su ministerio terreno brindó enseñanzas, liberación, salud, vida a todos los que se cruzaban con Él. No se reservó nada: dio su tiempo, su atención, sus fuerzas, su experiencia, sus conocimientos, sus talentos. Y llegó a sobrepasar toda justicia dando en la Cruz hasta su vida. ¿Y a Dios? A su Padre le dio lo que debía como Hijo y como Hombre: todo su ser. El denario llevaba la imagen del César, le pertenecía por tanto. De manera análoga, el hombre lleva inscrita la imagen de Dios y le pertenece. Jesús se entregaba al Padre en cada instante. Su vida fue una Eucaristía permanente. Se implicaba en la realidad que se presentaba ante sus ojos y a la vez, la trascendía.

Nosotros, seguidores de Jesús y miembros de su Cuerpo, estamos llamados a hacer lo mismo. El Señor no nos ha sacado del mundo. Nos ha regalado unas circunstancias concretas, aquí y ahora, en esta sociedad, en esta comunidad, en esta familia. En nuestra situación actual, sea la que sea, Dios nos pide responder con fidelidad y generosidad a la realidad que nos toca vivir, a las personas que nos interpelan, ofreciéndonos, al mismo tiempo, a Él como Hostias, ofrendas de suave olor. Dice San Pedro Crisólogo: “Revístete de la túnica de la santidad, que la castidad sea tu ceñidor, que Cristo sea el casco de tu cabeza, que la Cruz defienda tu frente, que en tu pecho more el conocimiento de los misterios de Dios, que tu oración arda continuamente, como perfume de incienso: toma en tus manos la Espada del Espíritu: haz de tu corazón un altar, y así, afianzado en Dios, presenta tu cuerpo al Señor como sacrificio (…) Dios tiene sed de tu entrega” (Sermón 108). Así que, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios: TODO, absolutamente todo.

Monasterio Ntra. Sra. de la Piedad - MM. Dominicas
Palencia

4/6/23

EVANGELIO LUNES 05-06-2023 SAN MARCOS 12? 1-12 NOVENA SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO





 

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos:
«Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos. A su tiempo, envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de la viña. Ellos lo agarraron, lo azotaron y lo despidieron con las manos vacías. Les envió de nuevo otro criado; a este lo descalabraron e insultaron. Envió a otro y lo mataron; y a otros muchos, a los que azotaron o los mataron.
Le quedaba uno, su hijo amado. Y lo envió el último, pensando: “Respetarán a mi hijo”. Pero los labradores se dijeron:
“Este es el heredero. Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia”.
Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá, hará perecer a los labradores y arrendará la viña a otros.
¿No habéis leído aquel texto de la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”?».
Intentaron echarle mano, porque comprendieron que había dicho la parábola por ellos; pero temieron a la gente, y, dejándolo allí, se marcharon.

                            Es palabra de Dios

REFLEXION

Normalmente las parábolas de Jesús son fáciles de entender, sobre todo cuando alguna de ellas se la dirige a alguien en concreto, como es el caso del evangelio de hoy dirigida a los sumos sacerdotes, a los letrados y a los senadores.

En una interpretación de esta parábola, podemos concluir que se trata de la ampliación de la amistad y salvación de Dios del pueblo judío a toda la humanidad. En el Antiguo Testamento, vemos cómo Dios hace un pacto de cercanía con el pueblo judío: “Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo”. Les envió profetas para mantener esa cercanía, pero a muchos de ellos les mataron. Llegada la plenitud de los tiempos, les envió a su propio Hijo con el deseo de extender su salvación a toda la humanidad. Sin embargo, las autoridades judías de entonces, con la colaboración de la autoridad romana, le rechazaron y le dieron muerte en lo alto de una cruz. Pero al tercer día, Dios Padre resucitó a su Hijo, que pidió a sus apóstoles que extendiesen su buena noticia a toda la humanidad. “Id por el mundo entero y predicad el evangelio a toda criatura”. Dios, a través de su Hijo Jesús, ofrece su amistad, su salvación, a toda la humanidad, no es solo para un pueblo, para un puñado de hombres.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)

3/6/23

DOMINGO 04 DE JUNIO ; SANTISIMA TRINIDAD

 





La liturgia de hoy nos invita a celebrar y honrar al Dios en quien vivimos, nos movemos y existimos, como decía el Apóstol san Pablo a los atenienses en el Areópago. Ese es el Dios de nuestras plegarias, especialmente presente en cada Eucaristía, en las personas que nos encontramos a diario, de forma particular en los más necesitados, y en los acontecimientos pequeños o grandes de la vida, y en lo más íntimo de cada ser. Es el Dios que nos llama a vivir en una comunión más fuerte y más firme con él. Es el Dios que frecuentamos, encontramos y, al mismo tiempo, permanece desconocido. Somos testigos de su presencia, aunque no podamos presentar ninguna prueba contundente. Cuando tratamos de hablar de él, las palabras se quedan cortas, se vuelven insuficientes para expresar su misterio. No obstante, hay que hablar de Dios, pelearnos con el lenguaje si es preciso para poder decir una palabra coherente sobre él, y para proclamar su bondad y su gloria en todas partes.

En este día la Iglesia celebra también la Jornada Pro Orantibus, que trata de focalizar la atención en una vocación eclesial tan particular e importante como la de vivir solo para Dios, para contemplar su misterio, para adorarlo en el silencio, recordándonos a todos que Dios es lo primero y más importante, que él debe estar en el centro de nuestra vida, y que si Dios está en el centro de nuestro corazón todo lo demás estará en su justo lugar.

Fray Manuel Ángel Martinez Juan
Convento de San Esteban (Salamanca)

LECTURAS DEL DOMINGO 04-06-2023 ; SANTISIMA TRINIDAD

 

Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo 34, 4b-6. 8-9

En aquellos días, Moisés madrugó y subió a la montaña del Sinaí, como le había mandado el Señor, llevando en la mano las dos tablas de piedra.
El Señor bajó en la nube y se quedó con él allí, y Moisés pronunció el nombre del Señor.
El Señor pasó ante él proclamando:
«Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad».
Moisés al momento se inclinó y se postró en tierra. Y le dijo:
«Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque es un pueblo de dura cerviz; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya».

                             Es palabra de Dios

Salmo

Dn 3, 52-56 R/. A ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,
bendito tu nombre santo y glorioso. R/.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria.
Bendito eres sobre el trono de tu reino. R/.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines
sondeas los abismos. R/.

Bendito eres en la bóveda del cielo. R/.

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 13, 11-13

Hermanos, alegraos, trabajad por vuestra perfección, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros.
Saludaos mutuamente con el beso santo.
Os saludan todos los santos.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con todos vosotros.

                     Es palabra de Dios

EVANGELIO DOMINGO 04-06-2023 SAN JUAN 3,16-19 SANTISIMA TRINIDAD





 Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.

                          Es palabra de Dios

REFLEXION

El evangelio de esta fiesta se toma de Juan y nos propone uno de los elementos más altos de la teología joánica. En el diálogo que Jesús mantiene con Nicodemo, el rabino judío que vino de noche para hablar y dialogar a fondo con Jesús, se muestra, con rasgos insospechados, la razón de la encarnación, el que el “Verbo se hiciera carne” que resuena desde el aria del prólogo. Es lógico pensar que Jesús de Nazaret y Nicodemo no hablaran en estos mismos términos, sino en otros más simples y sencillos. Por tanto, es el evangelio de Juan (sus redactores) quien remonta el vuelo de la teología y lo expresa con fórmulas de fe inauditas.

 La encarnación del Hijo se explica por el amor que Dios siempre ha tenido al mundo. Es la consecuencia de esa fidelidad de generación en generación con que se había expresado la revelación de Dios a Moisés en el Sinaí. Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo; quien cree en él experimenta la verdadera salvación. Podemos discutir mucho el origen de este texto en la redacción de la teología joánica, pero no podemos negar su verdadera inspiración teológica. Esta es una de las cumbres de la “revelación” de Dios en el NT. Dios no ha venido al mundo para condenar, o para juzgar, sino para “salvar”. Todo lo que no sea asumir eso como chispazo, es una distorsión teológica de los que no se fían de Dios o de los que le tienen un miedo desalmado.

 La teología, pues, debe ser una verdadera terapia espiritual y psicológica para todas las personas que buscan a Dios… pero que huyen de él si Dios no se acerca, si no “se queda” a nuestro lado, si no es compasivo y misericordioso. Está en juego la misma libertad del ser humano –don de Dios, decimos-, para ser o no ser religiosos. Si aceptamos, pues, la teología del NT, en su diversidad, como fundamento de nuestra fe, esta lección del evangelio de Juan debe ser de verdadera “iluminación”. El diálogo entre Jesús y Nicodemo es propicio para inaugurar una búsqueda nueva en el judaísmo y en cualquier religión que merezca la pena. Incluso desde el cristianismo debemos repensar lo que este diálogo nos proporciona en la relación del hombre con Dios.

 “Tener vida” es uno de los conceptos claves de la teología joánica. Sabemos que se refiere a la vida espiritual, lo más interior y profundo de ser humano. Es verdad que no se trata de una vida biológica, ni del quedarse en este mundo, aunque sea arrastrándonos. Y no sería “religioso” entenderlo de otra manera, ni de confiar en un ídolo poderoso que nos garantice nuestros caprichos de vida. Pero también la vida biológica-psicológica está contemplada en esta propuesta de la encarnación, en el Cur Deus homo? Sencillamente porque la “Trinidad”, más que un conglomerado sustancial y metafísico de esencia, personas o naturalezas, es un misterio insondable de dar vida, de amar sin medida, de liberar de angustias y “pesos” muertos… El Dios de la Biblia, el Dios trinitario -el Padre, el Hijo y el Espíritu-,nos ha dado la vida, para vivir con Él la vida verdadera, que nos ha revelado en Jesús y que nos ofrece por su Espíritu.

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)

2/6/23

EVANGELIO SABADO 03-06-2023 SAN MARCOS 11, 27-33 OCTAVA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le preguntaron:
«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?».
Jesús les respondió:
«Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contestadme».
Se pusieron a deliberar:
«Si decimos que es de Dios, dirá: "¿Y por qué no le habéis creído?" Pero como digamos que es de los hombres ... ».
(Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta).
Y respondieron a Jesús:
«No sabemos».
Jesús les replicó:
«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

                       Es palabra de Dios

REFLEXION

Una vez más, los dirigentes del pueblo se acercan a Jesús para ponerlo a prueba con una pregunta insidiosa. Han comprobado que la gente se va detrás de él y se les escapa a ellos de las manos. ¿De dónde le vendrá ese atractivo que la gente encuentra en su palabra? ¿Quién le habrá dado esa autoridad que parece tener sobre las multitudes, sin que aparentemente nadie le haya revestido de ella? Y se lo preguntan descaradamente a él mismo, no tanto por una curiosidad comprensible, sino para ver si la respuesta que les dé puede comprometerlo y así encontrar un motivo para acusarlo y quitárselo de delante.

Pero Jesús ha demostrado en diversas ocasiones que no es fácil hacerle caer en la trampa. Él ve venir a sus adversarios y su réplica los desconcierta, sin necesidad de emplear ninguna argumentación complicada. Se limita a remitirlos a sus propias actitudes con otro enviado de Dios, Juan el Bautista. ¿Qué piensan de él? ¿Qué valor le dan a la misión que traía de parte de Dios? Ellos se ven acorralados y atrapados en su comportamiento con el profeta, y responden con una evasiva. No han podido resistir a la sabiduría del Maestro de Nazaret. Una sabiduría aprendida no sólo en el amplio conocimiento de las tradiciones judías y del corazón humano, sino sobre todo en la intimidad del trato asiduo con Dios.

¿Cómo reaccionamos nosotros ante los interrogantes que dirige el mundo a los cristianos? ¿A qué o a quién recurrimos para responder sensata y convincentemente a los problemas que nos plantea nuestra época, poco amiga de nuestra fe? ¿Dónde encontrar la sabiduría que nos permita hacer frente con serenidad y confianza a los desafíos de nuestro tiempo?

Fray Emilio García Álvarez O.P.
Convento de Santo Tomás de Aquino (Sevilla)

1/6/23

EVANGELIO VIERNES 02-06-2023 SAN MARCOS 11, 11-25 OCTAVA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, derecho hasta el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, se marchó a Betania con los Doce.
Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo:
«Nunca jamás coma nadie de ti.»
Los discípulos lo oyeron.
Llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo.
Y los instruía, diciendo:
«¿No está escrito: “Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos” Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos».
Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su doctrina, buscaban una manera de acabar con él.
Cuando atardeció, salieron de la ciudad.
A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús:
«Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado».
Jesús contestó:
«Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte: “Quítate de ahí y tirate al mar”, no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá.
Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis.
Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas».

                         Es palabra de Dios

REFLEXION

Esa es la forma en que Jesús se enfrenta a las corruptelas que el clero del templo ha ido introduciendo en el mismo, con la excusa de la pureza del sacrificio o la limosna. Ciertamente las leyes del Templo exigen que el animal sacrificado a Dios, sea un animal perfecto, sin taras, sin defecto y posiblemente un animal así, apto para el sacrificio en el altar no era fácil de traer desde lejos. Por esto se habían ido introduciendo en el Templo, los cambistas, que cambiaban el dinero impuro por monedas oficialmente puras. No se podían usar como ofrenda, por ejemplo, monedas del Imperio que llevaran la imagen del emperador. Estas eran monedas idolátricas e impuras. Sin embargo los peregrinos que llegaban al Templo solo disponían de la moneda de uso corriente en sus lugares de origen. Era necesario dotarse de dinero legalmente puro para poder ofrecerlo a los sacerdotes. Lo mismo pasaba, seguramente, con los animales destinados al sacrificio.

Es posible que levitas y sacerdotes, hubieran establecido un mercadillo de intercambios de impuro por puro, seguramente con alguna ganancia para ellos. Y esto ha hecho enfurecer a Jesús pues está viendo la corruptela que conllevan estas transacciones, y así, echando fuera a los abusadores, celosos de una pureza ritual, quiere hacer del templo un lugar apropiado para la oración y la caridad. La frase, sin duda de origen divino, “no quiero sacrificios, sino misericordia”, está en el fondo de la acción de Jesús.

El hermoso versículo final pone un cierre de oro al fragmento que hemos leído hoy: “Cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que vuestro Padre del Cielo perdone vuestras culpas”.

¿Seremos capaces de cumplir este sencillo consejo, o mandato? Mejor lo pensamos un poco.

D. Félix García O.P.
Fraternidad de Laicos Dominicos de Viveiro (Lugo)