23/5/24

EVANGELIO VIERNES 24-05-2024 SAN MARCOS 10, 1-12 VII SEMANA DE PASCUA

 





En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino y según su costumbre les enseñaba.
Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba:
«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».
Él les replico:
«Qué os ha mandado Moisés?».
Contestaron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».
Jesús les dijo:
«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

                      Es palabra del Señor

REFLEXION

Es muy fácil ver el fallo en el otro y complicado reconocer el propio, la otra persona se puede equivocar y yo tengo el derecho de hacerlo conocer, pero no me paro previamente a descubrir qué errores he podido cometer yo antes, y subsanarlos, para que, al ir a reclamar o al llamar la atención no haya una respuesta que me exija cambiar mi forma de actuar.

Por norma general, aquello que descubrimos en los otros que no nos agrada o nos molesta mucho es, al final, lo que deberíamos cambiar de nosotros mismos, los demás sólo hacen un efecto espejo que nos ayuda a descubrir esos “detalles molestos” que no nos gustan y que, es más fácil verlos en frente que dentro.

Si otra persona hace algo mal debe recibir el castigo, la llamada de atención, además de una manera inmediata y fuerte, lo malo es cuando eres capaz de descubrir que ese mismo acto lo has hecho también tú y que no has recibido ninguna llamada de atención, ningún castigo y mucho menos en un modo inmediato, ahí se caen todos los esquemas y puede, poco probable, que rectifiques tu forma de pensar y de actuar la siguiente vez, aunque lo más seguro es que vuelvas a hacer lo mismo.

¿La honestidad y la coherencia van contigo a todos lados? ¿Actúas habitualmente como juez de otros?

Hna. Macu Becerra O.P.
Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia