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EVANGELIO 08-05-2024 SAN JUAN 16, 12-15 VI SEMANA DE PASCUA

 





En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».

                     Es palabra del Señor

REFLEXION

El capítulo 16 de San Juan se inserta en el momento sublime, intenso e íntimo de las despedidas de Jesús tras la última Cena... Él sabe que se aproxima su Hora, la de dar su vida por todos y la de marcharse de este  mundo al que lo envió, el Padre… Siente que los discípulos aún no están preparados… y no los quiere dejar desamparados, huérfanos, les anuncia  el envío del Paráclito, el Defensor,  el Espíritu de la Verdad plena que en su Nombre les irá comunicando  todo lo que ahora no son capaces de entender ni  asimilar… 

Nos acercamos al final de la Pascua con la fiesta de Pentecostés ya muy cercana; ¿cómo nos preparamos para acoger al Espíritu Santo?, ¿lo consideramos importante en nuestra vida?, ¿le daremos espacio?, ¿nos abriremos a Él para que con libertad obre en nuestro interior conforme al plan que el Padre tiene para cada uno?... 

Los dominicos y dominicas celebramos hoy el Patrocinio de la Virgen María sobre nuestra Orden, buena ocasión es este día para volver nuestros ojos a la Reina de cielos y tierra, la que por designio de Dios fue elegida para ser la Madre de  Dios que reconociendo su pequeñez,  pobreza y humildad, se fio del poder del Altísimo, le dijo Sí sin condiciones y así lo sostuvo durante toda su vida  y con su ejemplo y protección maternal nos enseña a nosotros a ser  fieles.  

Que Ella que fue Templo del Espíritu Santo, nos ayude a acogerlo y a vivir su designio de amor y conversión en un continuo canto de gratitud, gozo y alabanza como expresó en su Magníficat.  

Sor Inmaculada Ocaña Gutiérrez
Monasterio Santo Domingo de Guzmán (Zaragoza)