Es palabra del Señor
REFLEXION
El Evangelio de hoy nos presenta una situación que seguro a Jesús le hizo sonreír, al ver que sus discípulos no se habían enterado de nada. Esta actitud de los discípulos de creerse los especiales, los únicos poseedores de la verdad, con exclusividad para hacer cosas por el Señor… es un modo muy humano de pensar y que, por supuesto no está en sintonía con el mensaje de Jesús, Él ha venido a salvar a todos, su enseñanza y misión no tiene muros ni fronteras. Cuando estamos pendientes de los otros, no para aprender de ellos sino para compararlos, eso hace que nuestra tarea apostólica pierda autenticidad y además es un atentado real a la unidad de la Iglesia. Ser verdaderos discípulos es no tener una mirada estrecha sino amplitud de miras, es saber reconocer los destellos de verdad que hay en todas las cosas y amarlas. Alejar de nuestro corazón la envidia y el creernos superiores; dejad que lo demás hagan su apostolado sin compararnos. En la Iglesia la unidad nunca es uniformidad, por eso hay muchos carismas y muchas formas de vivir el mensaje evangélico. Los hombres no podemos abarcar la totalidad del misterio de Cristo, nos necesitamos unos a otros. Todos formamos el cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia, por eso no debemos ver una amenaza en las distintas formas de apostolado, sino una riqueza para gloria de Dios. Lo importante es estar unido a Cristo y ser fieles al magisterio y tradición de la Iglesia, el modo como se hagan las cosas es secundario, todo contribuye a la edificación de la Iglesia. Seamos constructores con nuestras palabras y nuestras obras. |