No podíamos olvidarnos de María, el mejor regalo que nos ha hecho Dios, después del regalo de Jesús, su Hijo. Ha querido que sea también nuestra madre a la que podemos acudir siempre, sabiendo que no dudará en ayudarnos en lo que le pidamos.
El evangelio de hoy, en una lectura superficial, parece que Jesús no ensalza lo suficiente a María. Ante el elogio que hace una mujer de entre el gentío de ella, Jesús matiza: “Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”. A poco que reflexionemos, detrás de estas palabras de Jesús está el mejor elogio que se ha hecho de ella, porque nadie como María fue capaz de escuchar la palabra de Dios y de cumplirla. “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.