Él se levantó y lo siguió.
Y estando en la casa, sentado en la mesa, muchos
publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus
discípulos.
Es palabra del Señor
REFLEXION
Un triple mensaje nos da Jesús en este hermoso
pasaje. Por un lado la respuesta a su llamada: cuando le dice a Mateo que le
siga éste no lo duda ni un momento, se levanta de su puesto de trabajo y va
tras el Maestro, sin más preguntas. Siente la vocación y deja todo para encarar
su misión. Pensemos que San Mateo era un funcionario público, un recaudador de
impuestos, alguien con mucho peso en la sociedad judía. Y sin embargo abandona
todo y sigue la llamada de su vocación.
En segundo lugar, y ante el escándalo que provoca
su comportamiento entre los fariseos, Jesús nos da una de las claves de su
venida a la tierra: curar a los enfermos, atender a quien realmente lo
necesita, salvar a los pecadores. Cuántas veces nos escandalizamos ante
comportamientos que creemos inadecuados por parte de alguien a quien admiramos,
baste recordar los encuentros de Santa Teresa de Calcuta con muchos personajes
famosos, pero ¿cuánto bien hicieron esas fotos para dar a conocer su labor y
para la conversión de muchos que se acercaron a ella? No juzguemos a la ligera
y busquemos el sentido profundo de las cosas.
Y en tercer lugar la frase que toca directamente a
nuestras conciencias: "Misericordia quiero y no sacrificios" ¿De qué
me valen horas y horas de ayunos y penitencias si no me hablo con mi hermano
por una antigua rencilla? ¿Para qué sirven mis oraciones si no soy capaz de
amar al que me hace mal? ¿Dónde van a parar mis actos "de piedad" si
no tiendo la mano al que sufre cerca de mí? En la misericordia se encuentra la
clave del mensaje de Cristo. No digamos que tenemos vocación, que somos buenos
cristianos, que cumplimos con los preceptos si no tenemos misericordia, si no
practicamos el amor sin límites hacia el prójimo. Como dice San Pablo "Si
no tengo amor no soy nada".
Os animo a que leáis con detenimiento este pasaje
del Evangelio, puestos en oración, y lo apliquéis a vuestra vida cotidiana.
D. Luis
Maldonado Fernández de Tejada, OP
Fraternidad Laical de Santo Domingo, de Almagro