Es palabra del Señor
REFLEXION
Hay
personas que se enfadan interiormente ante el comportamiento hipócrita de la
gente, cuando ésta va a presentar sus respetos al difunto y en vida fueron
incapaces de hacerle una visita. Y determinan que ellos prefieren que las
flores se las regalen en vida, una vez muerto ¿para qué las quiere?
El Evangelio de hoy nos hace sentir algo similar
respecto del ayuno. Gozar de la presencia del novio mientras esté vivo, una vez
muerto ya ayunarán. Esa es la apuesta de Jesús frente a la antigua ley. En un
mundo de exigencias, retos y compromisos, en ocasiones, exigimos a los otros lo
que nosotros no sabemos dar. Es importante encontrar nuevos caminos para que la
fe se renueve en nuestro interior: a odres nuevos le pertenecen
vinos nuevos.
Un ejemplo de ello, es la eterna disputa que se ha
generado por motivo de la pandemia y la comunión en la boca. Hay personas que
en contra del sentido común exigen la comunión en la boca, sin caer en la
cuenta de que puede contagiar al sacerdote, y a su vez, el sacerdote contagiar
a más fieles. Hay una responsabilidad y el sentido común nos hace inclinarnos
en dar la comunión en la mano. Algunas personas lo consideran un sacrilegio
tocar al Señor, y expresan con mala educación, y falta de amor su desacuerdo
con el sacerdote. En este caso, ¿qué es más importante para mi fe? El cumplir
escrupulosamente con la comunión en la boca o actuar desde el sentido común, la
responsabilidad y el equilibrio frente a la pandemia, y, así, procurar un
comportamiento más ajustado con el amor al prójimo.
Un corazón nuevo para un mensaje nuevo de amor es
lo que nos propone Jesús. Restaurar nuestros corazones. Volviendo al ramo de
flores cuando uno muere, carece de sentido enviar a alguien por
convencionalismo un ramo de flores cuando ya no puede disfrutar de su belleza,
ni de su olor. No caigamos en convencionalismos para que nuestra fe resista a
los embates del mundo. Seamos astutos y ágiles para comprender que la fe
requiere de una autenticidad en el amor.
Pidamos a Dios para que encontremos motivos nuevos
para renovar nuestro corazón y nuestro amor. Que seamos capaces de amar desde
la responsabilidad de la fe siempre nueva.
Fray Alexis González de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)