Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
¿Quién es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas?
Bienaventurado ese criado, si el señor, al llegar, lo encuentra portándose así. En verdad os digo que le confiará la administración de todos sus bienes.
Pero si dijere aquel mal siervo para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo castigará con rigor y le hará compartir la suerte de los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»
Es palabra de Dios
REFLEXION
“Estad en vela, porque no sabréis qué día vendrá vuestro Señor”. “Estad también vosotros preparados…” La vida es incierta, y está en manos de Dios. Por más que luchemos y nos resistamos a la finitud, el logro no es sólo vivir esta vida, sino que es vivir en Dios. Ya es suficiente con el sentido que le damos a la lucha y al valor de la vida. Pero el hecho que la vida esté en manos de Dios, no nos ha de condicionar a la hora de mantener una fe constante, un amor gratuito, y un sentido de la vida acorde con nuestra esperanza.
A veces nos dejamos llevar por los miedos, por la cobardía, o por la pereza de luchar siempre con fe. Administramos mal nuestras fuerzas, y dejamos que nuestro corazón y nuestra mente se conviertan en una “cacharrería” donde todo es ruido, desaliento y abandono.
La fidelidad y el cuidado son las claves que Jesús nos invita a conservar y madurar. Quien es capaz de ser fiel a Dios, y ser cuidadoso del don recibido será dichoso.