19/2/25

EVANGELIO JUEVES 20-02-2025 SAN MARCOS 8, 27-33 VI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que soy yo?».

Ellos le contestaron:
«Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas».

Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy?».

Tomando la palabra Pedro le dijo:
«Tú eres el Mesías».

Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.

Y empezó a instruirlos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».

Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
«Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

                                 Es palabra del Señor

REFLEXION

Estamos ante uno de los textos más emblemáticos del evangelio que recogen los tres sinópticos (cf. Mt 16,13-20; Lc 9, 18-21). Jesús hace la gran pregunta: cuál es la identidad de Jesús cuya respuesta va a desarrollar Marcos a lo largo de todo su evangelio. En la primera parte, el Mesías (Mc 8,29) y en la segunda, el Hijo de Dios (Mc 15,39).

En primer lugar, hace la pregunta aludiendo a la muchedumbre: ¿Quién dice la gente que soy yo? Los discípulos recogen las respuestas de lo que han oído, que son múltiples y variadas: Juan Bautista que ha resucitado, Elías, el profeta que vendría al final de los tiempos. Pero Jesús guarda para el final la gran pregunta: ¿Y vosotros quien decís que soy yo? Ya no es una cuestión para otros, sino que es una pregunta para los discípulos mismos, que no pueden evitar.

La respuesta la da Pedro, en nombre de todos, reconociéndolo como el Cristo, el Mesías. Para entender esta respuesta petrina tendríamos que tener en nuestra cabeza todo el imaginario que tenía un judío sobre el Mesías, el Ungido de Dios, el Enviado por el Padre para salvar a su pueblo. Recordemos la promesa hecha al rey David de un descendiente suyo que permanecería en el trono eternamente (2 Sm 7).

Pero Jesús quiere evitar la confusión de su mesianismo, por ello, a continuación hace el primero de los anuncios de la pasión (Mc 8,31-33). Jesús quiere transmitir que su mesianismo no es un mesianismo político y espectacular, sino que es un mesianismo en la línea del siervo de Yahvé (Is 42,1-9;49,1-7; 50,4-11; 52,13-53,12), un mesianismo en la debilidad. 

La pregunta queda en el aire como un aldabonazo para cada uno de nosotros: ¿Tu quien dices que soy yo? Jesús no quiere que respondas con respuestas teórica aprendidas y memorizadas, sino que tu respuesta nazca de tu experiencia de Él: ¿Quién es Jesús para ti? ¿Qué lugar ocupa en tu vida? ¿Qué te aporta? Te invito a que cojas un papel y des rienda suelta a tu pluma.

Hna. Mariela Martínez Higueras O.P.
Congregación de Santo Domingo