19/10/25

EVANGELIO LUNES 20-10-2025 SAN LUCAS 12, 13-21 XXIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 





En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:
«Maestro, dije a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Él le dijo:
«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».

Y les dijo:
«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».

Y les propuso una parábola:
«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:
“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”.

Y se dijo:
“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.

Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».

                     Es palabra del Señor

REFLEXION

El pedido de una persona sobre un conflicto familiar brinda a Jesús lo posibilidad de cuestionarnos sobre el sentido profundo de la realidad de la vida. El teólogo Daniel Kerber comentando este pasaje decía: «Jesús toma distancia del pedido. El hermano está pidiendo que “divida”. En la enseñanza de Jesús está el “compartir”, y aprovecha la ocasión para hacer una advertencia: “estén atentos y cuídense de toda codicia, porque aun en la abundancia la vida no está asegurada por las riquezas.» 

Desde el amor, el Señor, nos ayuda a re orientar la vida: ¡Despierta! De los espejismos que muchas veces embotan el corazón, de los estériles esfuerzos que nos encierran en nuestros pequeños mundos. ¿Cómo estás viviendo tu vida? ¿Qué es lo que realmente te lleva a la felicidad? ¿Qué lugar ocupa cada cosa en tu vida? ¿A qué le estas dando importancia?

Tal vez sea oportuno recordar las palabras del Papa León en la canonización de Pier Giorgio Frassati: «Para él la fe no fue una devoción privada; impulsado por la fuerza del Evangelio y la pertenencia a asociaciones eclesiales, se comprometió generosamente en la sociedad, dio su contribución en la vida política, se desgastó con ardor al servicio de los pobres.»

¡Despierta! La vida no es para almacenarla sino para compartir, para gastarla, para entregarla como lo hizo Jesús.

Fray Edgardo César Quintana O.P.

Fray Edgardo César Quintana O.P.
Casa Stmo. Cristo de la Victoria (Vigo)