Es palabra del
Señor
REFLEXION
San Mateo nos regala uno de los pasajes evangélicos
más hermosos. Podríamos estar horas hablando y meditando. Dentro de su aparente
sencillez se encierra una profundidad que nos llama a la reflexión. Jesús nos
habla del juicio final, de lo que ocurrirá en el supremo momento y de por qué
unos irán a la gloria y otros no. Y es muy claro en sus palabras “Lo que
hicisteis con ellos, conmigo lo hicisteis y lo que no hicisteis con ellos
conmigo no lo hicisteis”.
¿Y qué es lo que hicimos o dejamos de hacer? AMAR,
TENER MISERICORDIA. En las peores circunstancias, en la enfermedad, en la
cárcel, en la pobreza... Querer a alguien cuando las cosas van bien es muy
fácil, pero... cuando vienen mal dadas es otra cosa.
Una de las características de la Orden de
Predicadores es la misericordia. Santo Domingo de Guzmán la practicó desde muy
joven, en sus tiempos de estudiante en Palencia cuando se desprendió de su bien
más preciado (los libros) para dar de comer a quienes pasaban hambre. Y lo hizo
por amor a Dios y al prójimo. Hoy tenemos muchas ocasiones para seguir su
ejemplo. Cuántos enfermos, cuántos desterrados, cuántos marginados, cuántos
hambrientos nos tienden la mano cada día y no somos capaces de verlos...Vivimos
en un mundo que va muy deprisa, siempre andamos atentos a nuestros quehaceres,
a las últimas noticias, a lo que está o no de moda y parece que no tuviéramos
tiempo para los demás, los que de verdad nos necesitan ¿No será porque no
tenemos en el centro de nuestra vida a Dios? ¿No será porque no amamos en el
sentido evangélico? Os propongo que al hilo de esta Lectura reflexionemos sobre
las prioridades de nuestro corazón.