6/3/22

EVANGELIO LUNES 07-03-2022 SAN MATEO 25, 31-46 I SEMANA DE CUARESMA

 




En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.
Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”.
Y el rey les dirá:
“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.
Entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.
Entonces también estos contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.
Él les replicará:
“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”.
Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».

                                                                    Es palabra del Señor

REFLEXION

San Mateo nos regala uno de los pasajes evangélicos más hermosos. Podríamos estar horas hablando y meditando. Dentro de su aparente sencillez se encierra una profundidad que nos llama a la reflexión. Jesús nos habla del juicio final, de lo que ocurrirá en el supremo momento y de por qué unos irán a la gloria y otros no. Y es muy claro en sus palabras “Lo que hicisteis con ellos, conmigo lo hicisteis y lo que no hicisteis con ellos conmigo no lo hicisteis”.

¿Y qué es lo que hicimos o dejamos de hacer? AMAR, TENER MISERICORDIA. En las peores circunstancias, en la enfermedad, en la cárcel, en la pobreza... Querer a alguien cuando las cosas van bien es muy fácil, pero... cuando vienen mal dadas es otra cosa.

Una de las características de la Orden de Predicadores es la misericordia. Santo Domingo de Guzmán la practicó desde muy joven, en sus tiempos de estudiante en Palencia cuando se desprendió de su bien más preciado (los libros) para dar de comer a quienes pasaban hambre. Y lo hizo por amor a Dios y al prójimo. Hoy tenemos muchas ocasiones para seguir su ejemplo. Cuántos enfermos, cuántos desterrados, cuántos marginados, cuántos hambrientos nos tienden la mano cada día y no somos capaces de verlos...Vivimos en un mundo que va muy deprisa, siempre andamos atentos a nuestros quehaceres, a las últimas noticias, a lo que está o no de moda y parece que no tuviéramos tiempo para los demás, los que de verdad nos necesitan ¿No será porque no tenemos en el centro de nuestra vida a Dios? ¿No será porque no amamos en el sentido evangélico? Os propongo que al hilo de esta Lectura reflexionemos sobre las prioridades de nuestro corazón.

D. Luis Maldonado Fernández de Tejada, OP
Fraternidad Laical de Santo Domingo, de Almagro


5/3/22

06 DE MARZO : PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

 



Al comienzo de la Cuaresma podemos tener la tentación de preguntarnos: ¿Qué me puede aportar otra Cuaresma más? Es verdad que muchos hemos visto pasar varias Cuaresmas, y quizás tengamos la impresión de que a pesar de habernos tomado en serio este tiempo litúrgico, con frecuencia seguimos en el mismo punto.

Sin embargo, la Iglesia nos vuelve a lanzar su invitación cada año, como el entrenador que invita a sus atletas al entrenamiento. El atleta serio sabe que debe esforzarse mucho en el ejercicio, sabe que su rendimiento no va a cambiar de la noche a la mañana; y, sin embargo, no deja de entrenarse porque quiere mejorar gradualmente, quiere llegar a ser mejor, y mantiene la esperanza de llegar a la meta unas fracciones de segundo antes que el segundo. Para nosotros, cristianos, el objetivo de nuestro entrenamiento cuaresmal es llegar a ser mejores discípulos, acercarnos más al Señor, fortalecer nuestra amistad con él, vivir más intensamente nuestra condición de hijos de Dios. Y los grandes ejercicios recomendados para nuestro entrenamiento son la limosna o la caridad, la oración y el ayuno.

Durante este tiempo, dejémonos interpelar por el Señor y tomemos el camino de la Cuaresma con generosidad y confianza. Corramos el riesgo de que el Señor haga de nosotros mejores discípulos, mejores hijos de Dios.

Para no desviarnos de la ruta cuaresmal, tomemos como punto de partida las Palabras con las que Jesús venció al tentador en el desierto: Acojámonos a la Palabra de Dios, que no solo es el alimento de nuestro espíritu, sino también una espada y nuestro escudo; prefiramos a Dios antes que a los ídolos que nos esclavizan; confiemos inquebrantablemente en sus promesas, aunque de momento no veamos ni de lejos su realización definitiva.

Fray Manuel Ángel Martinez Juan
Convento de San Esteban (Salamanca)


EVANGELIO DOMINGO 06-03-2022 SAN LUCAS 4, 1-13 I DOMINGO DE CUARESMA

 




En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el Espíritu lo fue llevando durante cuarenta días por el desierto, mientras era tentado por el diablo.
En todos aquellos días estuvo sin comer y, al final, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan».
Jesús le contestó:
«Está escrito: “No solo de pan vive el hombre”».
Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos de! mundo y le dijo:
«Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me ha sido dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo».
Respondiendo Jesús, le dijo:
«Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te cuiden”, y también: “Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece contra ninguna piedra”».
Respondiendo Jesús, le dijo:
«Está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
Acabada toda tentación, el demonio se marchó hasta otra ocasión.

                                                   Es palabra del Señor

REFLEXION

 La lectura del evangelio de Lucas nos expone el relato de las tentaciones, una de las narraciones más expresivas, aunque bien es verdad que no exenta de dificultades. Podemos resumir así el significado del evangelio: Jesús afronta tres tentaciones. Esto viene de la tradición. No es que el número tres sea determinante y no se explica solamente recurriendo al pueblo en el desierto, aunque es posible que esa es la inspiración de este relato. Pero en definitiva son el simbolismo de toda la lucha entre el bien y el mal, entre la elección de uno mismo y la opción por Dios. Todas las tentaciones tienen como objetivo, en definitiva, romper la "comunión" con Dios. Para Lucas, Jesús es el nuevo Adán, como se expresa por su genealogía (Lc 3,1ss), por eso no tiene otro proyecto de vida que el vivir la comunión con Dios, que el primer Adán había perdido.

 Lucas ha leído esta escena de la tradición según su perspectiva personal. Para él no se trata especialmente de releer en Jesús las pruebas del desierto (como en el caso muy evidente de Mateo) y ni siquiera de contemplar a Jesús vencedor sobre Satanás como el Mesías que rechaza el mesianismo glorioso y político. Lo que él considera en Jesús en el desierto es esencialmente el designio del Padre que está cumpliéndose. Y esto lo interpreta según la mentalidad de que no puede suceder sin que se encuentre en su camino al adversario, el que trabaja para que la humanidad se pierda en sí misma.

 Este encuentro es solamente la anticipación de otro que será definitivo: en la Pasión y la Cruz, que es la consecuencia de su vida. De ahí que haya reorganizado la tradición primitiva para que todo acabe en Jerusalén, donde Jesús vivirá su Pasión. En el caso de Mateo el orden de las tentaciones es distinto y termina en un monte muy alto, que es toda una figuración. Ambos han leído este episodio en el evangelio galileo de Q (algunos prefieren llamarlo así). En Lucas todo termina  en Jerusalén porque para este evangelista Jerusalén es el final y el comienzo de la vida de de Jesús y de la comunidad cristiana primitiva. Es en Jerusalén, además, donde han de tener lugar las experiencias del Resucitado a los discípulos y, por lo mismo, este triunfo de Jesús en lo más alto del Templo es todo un apunte de la victoria sobre la muerte que ha de anunciarse desde Jerusalén hasta los confines de la tierra.

 Si Lucas ha querido presentar la filiación divina de Jesús en la dimensión del nuevo Adán (como en la genealogía), su relato de las tentaciones debe leerse en esa clave. De ahí que su cristología, con sus intereses parenéticos, no es descriptiva, sino que busca llevar a la comunidad las posibilidades de vivir una experiencia como la de Jesús. La Iglesia que escucha este relato, la comunidad, vive también bajo el Espíritu, como Jesús, y es conducida por El. Por eso, bajo esa experiencia, los poderes del mal también quieren envolverla en una carrera ciega hacia una desobediencia radical a Dios. En definitiva: Lucas quiere que aprendamos a ser personas libres, como Jesús, en nuestra fidelidad a Dios. Porque Dios es para el hombre, como para Jesús, el que garantiza nuestra libertad y nuestra realización.

Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)

 


4/3/22

EVANGELIO SABADO 05-03-2022 SAN LUCAS 5, 27-32 VIII SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO

 




En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Y murmuraban los fariseos y sus escribas diciendo a los discípulos de Jesús:
«¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?»
Jesús les respondió:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».

                                                 Es palabra del Señor

REFLEXION

Acabamos de comenzar nuestro proceso de preparación a la celebración del acontecimiento central de nuestra fe: La Pascua. La preparación no sólo es entrenarnos para su recuerdo, sino, es, sobre todo, dedicar cuarenta días a descubrir las exigencias que tiene esa celebración, para nuestro ser de creyentes en Jesús, muerto y resucitado.

En este primer sábado la liturgia nos señale el motivo de la celebración: “Dios vino al mundo para sanar, no para condenar” y la respuesta a ese acontecimiento. La razón que Dios se hizo hombre para salvar a la humanidad, no para condenar. Vino a salvar a los pecadores, es decir, a aquellos que se han aparato del amor de Dios. Reconociendo la falta de respuesta a ese amor y disfrutando de ese amor, surge una exigencia: la conversión. Todos somos pecadores y todos necesitamos de sanación.

Fr. Mitxel Gutiérrez Sánchez O.P.
Casa Ntra.Sra. de los Ángeles (Vitoria)


3/3/22

04 DE MARZO : SAN CASIMIRO DE POLONIA

 



Llamado por los polacos como "el pacificador", fue el tercero de los trece hijos de Casimiro IV, rey de Polonia y de Isabel de Austria. Muy devoto desde la infancia, Casimiro se consagró a la oración y penitencia, rechazando toda blandura consigo mismo. Casimiro vivía siempre en la presencia de Dios y era tranquilo, alegre y simpático a todos. Su amor a Dios se traducía en amor a los pobres, que son miembros de Cristo.

Por obediencia a su padre, Casimiro tuvo que partir a la frontera con Hungría, como cabeza de ejército para defender a los nobles de ese país de su antiguo y tirano rey, sin embargo no tuvo mucho éxito y ante el temor de iniciar una nueva e injusta guerra, el santo prefirió entregarse nuevamente al estudio y la oración y renegar de tomar las armas, pese a los ruegos de su padre y de los nobles. Asimismo, en la corte se habló de casarlo con la hija del emperador Federico III, pero Casimiro no quiso ni pensar en renunciar al celibato que se había impuesto. Las austeridades que practicaba agravaron la enfermedad de los pulmones que padecía y Casimiro murió en 1484, cuando no tenía sino 23 años de edad.

FUENTE : ACIPRENSA


EVANGELIO VIERNES 04-03-2022 SAN MATEO 9, 14-15 VIII SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO

 




En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

                                                 Es palabra del Señor

REFLEXION

En el Evangelio de hoy nos encontramos con dos actitudes frente al ayuno. Por una parte, están los discípulos de Juan Bautista, que a pesar de que su maestro llamó raza de víboras a los fariseos, se unen a ellos para preguntar a Jesús, con cierto tono de acusación, por qué sus discípulos no ayunan. Tanto los discípulos de Juan como los fariseos están aferrados a las leyes hebreas, a las viejas normativas, para ellos el ayuno es señal de dolor y penitencia.

Este adherirse a las normas les impide reconocer la llegada del Mesías, y por tanto, de ver que ya está instaurado el Reino de Dios. Jesús se lo explica con la imagen de una boda, Él mismo se revela como el Esposo. Por tanto, no es momento de luto ni llanto, sino tiempo de alegría.

Y por otra parte vemos la actitud de los discípulos de Jesús que no ayunan, porque ellos ya han descubierto que Jesús es el Mesías, que ha venido a liberarnos de nuestros pecados y traernos la salvación. Por eso para ellos no es momento de penitencia corporal como el ayuno, sino más bien están abiertos a la palabra y a la gracia del Salvador.

Nuestra vida cristiana debe estar teñida de alegría, como lo estaba la de los discípulos de Jesús, porque estamos con el Novio, el único que nos saca de nuestras esclavitudes, el que nos trae una Paz verdadera y nos hace vivir con libertad.

En esta Cuaresma no seamos como los discípulos de Juan que, anclados en su legalismo, perdieron la oportunidad de estar con el Novio y experimentar la auténtica alegría.

Que nuestro ayuno sea un medio para poder desprendernos de las satisfacciones terrenales y nos ayude a tener el corazón más libre para amar más a Dios y a nuestros hermanos.

None MM. Dominicas
Monasterio de Santa Ana (Murcia)


2/3/22

MISA DEL MIERCOLES DE CENIZAS 2022 EN NUESTRO TEMPLO

 




     Presidida por nuestro párroco, P. Misael y concelebrada por el vicario parroquial P. Víctor y el diácono José Gárate, se celebró en nuestro principal templo desde las 19,30hrs. la tradicional misa del Miércoles de Cenizas, ceremonia y fecha que da inicio a la Cuaresma, período en el cuál se nos solicita a todos los católicos prepararnos para celebrar la Pascua de resurrección con mucha oración, ayuno y conversión.

EVANGELIO JUEVES 03-03-2022 SAN LUCAS 9, 22-25 VIII SEMANA DE TIEMPO ORDINARIO

 




En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».

                                   Es palabra del Señor

REFLEXION

La Iglesia en su Liturgia no anda con remilgos, plantea desde el primer día que el camino cuaresmal no está coronado de éxito continuo. Incluso que pasa por la muerte para poder resucitar. La muerte de lo que nos rebaja en nuestra condición humana, exaltada por ser condición del mismo Dios en Jesús de Nazaret. Hay que morir a buscar el aplauso, la aceptación universal, incluso de quienes desde la autoridad pretenden juzgarnos. Hemos de morir a tantas apetencias egoístas de corto recorrido, que se quedan en uno mismo, y nos hace indiferente al otro: vivir solo para uno. Es un modo de perderse. De perder la vida, de hacerla insignificante, sin valor. Vivimos cuando convivimos, cuando nos encontramos a nosotros mismos en relación con el otro. Cuando el dar nos enriquece más que el recibir. O mejor: no recibimos nada mejor que aquello que compartimos con los demás. El avaro pierde su vida por no gastar dinero en conservarla. Nosotros nos damos vida, cuando miramos fuera de nosotros, a otras vidas y ayudamos a que vivan. Superando la oposición de los jueces que interpretan la corrección social e individual como la autoafirmación sobre el otro, ignora lo de caminar juntos como compañeros de camino; sinodalmente, diríamos. ¿Cuál es nuestra disposición al comienzo de la cuaresma para saber negarnos, y reencontramos a nosotros mismos en lo que ofrecemos, bajo la mirada de Jesús muerto y resucitado?

Fray Juan José de León Lastra O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)


1/3/22

MIERCOLES 02 DE MARZO : MIERCOLES DE CENIZAS

 




La celebración del Miércoles de Ceniza nos invita hoy a una profunda revisión de nuestra vida, de nuestras actitudes y criterios de comportamiento; a iniciar un serio proceso de conversión y de purificación. Cuaresma es un tiempo de gracia que Dios nos concede como un regalo.

La implantación del Miércoles de Ceniza hay que relacionarla con la institución de la penitencia canónica. Éste era un día muy importante para los que iban a iniciar la penitencia cuaresmal antes de ser admitidos a la reconciliación el día de Jueves Santo. En los siglos V y VI, la entrada en la penitencia tenía lugar al principio de la Cuaresma. Este dato nos lo confirmará más tarde —en el siglo VII— el llamado Sacramentario Gelasiano b (I, XVI), uno de los más antiguos libros litúrgicos de la tradición romana. En este sacramentado, la entrada en la penitencia canónica se sitúa el miércoles que precede al domingo primero de Cuaresma. Por eso será llamado «Miércoles de Ceniza». Ese día, después de haber oído en privado la confesión del penitente, el obispo, en un acto litúrgico solemne, impone las manos sobre la cabeza de los penitentes, les cubre de ceniza, les hace vestir de cilicio —una especie cíe vestimenta hecha con pelo de cabra— y les invita a emprender un camino de penitencia y de conversión. Al final de la celebración, los penitentes son expulsados de la Iglesia y entran a formar parte del grupo —el «orden— de los penitentes. El rito de reconciliación tiene lugar el día de jueves Santo.

FUENTE : DOMINICOS


EVANGELIO MIERCOLES 02-03-2022 SAN MATEO 6, 1-6, 16-18

 




En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

                                                   Es palabra del Señor

REFLEXION

Lo central del cristiano es seguir a Cristo, porque él nos ha convencido que es el único camino que lleva a la vida, a la vida en abundancia: “ven y sígueme”. Todo lo que hagamos, incluyendo nuestras prácticas cuaresmales, tiene la finalidad de no desviarnos y mantenernos firmes en el seguimiento de Jesús. En el evangelio de hoy, Jesús nos enseña cómo debemos practicar la limosna, la oración y el ayuno, que se resume en sus palabras: “Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial”

Así debe ser nuestro actuar. Hemos tenido la experiencia de sentir el gran amor que Jesús nos tiene. Y amor con amor se paga. El amor a Jesús es lo que nos tiene que mover a hacerle caso, no buscar nunca el aplauso del “público”. “Permaneced en mi amor”, sabiendo que lo que él nos pide siempre es lo mejor para nosotros, para encontrar el sentido y la alegría de vivir.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)