En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y
creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo
habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un
lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también
vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿ cómo podemos
saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie
va al Padre sino por mí».
Palabra del Señor
REFLEXION
El texto del
evangelio (Jn 14,1-6) nos ofrece un interesante diálogo entre Jesús y Tomás.
Los discípulos están reunidos en torno a Jesús en el Cenáculo, después del
anuncio de la traición de Judás, de la negación de Pedro y de la inminente
partida del Maestro. Están profundamente conmovidos. En este contexto de una
profunda turbación, Tomás expresa su completa incomprensión. No sabe cuál es la
meta hacia la que se dirige Jesús, y cuál es la vía para llegar a ella, porque
entiende las cosas en su sentido material. Jesús en cambio va al Padre y
precisa el medio para ese encuentro personal con él: «Yo soy el camino y la
verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí» (v.6).
Fraternalmente,
Edgardo Guzmán, cmf.
eagm796@hotmail.com