"Tú, Señor que
nos has salvado por el misterio pascual, continúa favoreciendo con dones
celestes a tu pueblo, para que alcance la libertad verdadera y pueda gozar de la
alegría del cielo, que ya ha empezado a gustar en la tierra.Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios por los siglos de los siglos. Amén."
El Señor, que nos ha
salvado por el misterio pascual, continúa favoreciendo con dones celestiales a
su pueblo, para que alcance la libertad verdadera y pueda gozar de la alegría
del cielo, que ya ha empezado a gustar en la tierra.
También somos
invitados a meditar sobre la aparición del Señor Jesús a María Magdalena, la
ferviente discípula a quien se le aparece el Señor Jesús Resucitado. Así
recompensa Jesús el amor fiel de la mujer penitente (Lc 7,37ss.), cuyo corazón,
ante esa sola palabra del Señor, se inunda de gozo indescriptible y sale al
encuentro de los apóstoles para anunciarles que el Señor ha resucitado.