Primera
misionera en la Amazonía Peruana y cofundadora de las Misioneras Dominicas del
Rosario. Experimenta a Dios profundamente en la vida misionera, es capaz de
descubrirlo presente en todos los acontecimientos. Su vida fundamentada en Jesús
nutre su predicación y la hace fuerte y paciente para enfrentar las
adversidades en la misión.
Ascensión
del Corazón de Jesús (en su Bautismo: “Florentina”) fue cofundadora de la
Congregación de Hermanas misioneras Dominicas del Santo Rosario, cuyo fin
principal es dedicarse a la evangelización de los no cristianos. Nació en
Tafalla (Navarra, España) el día 14 de marzo de 1868. Niña todavía quedó
huérfana de madre. Para darle una formación adecuada su padre la encomendó a
las Hermanas Dominicas de Santa Rosa en la ciudad de Huesca. Allí comprobó que
el Señor la llamaba a la plena consagración a Él y empezó el noviciado el 22 de
octubre del 1884. Al año siguiente hizo la profesión. Luego fue nombrada
educadora en el Colegio Santa Rosa, dependiente del convento, del cual fue
directora. A ruegos del obispo Mons. Ramón Zubieta, OP., Vicario Apostólico del
Urubamba y Madre de Dios, el año 1913, ella se ofreció, junto con otras cuatro
hermanas, para trabajar como misioneras en Perú.
En 1915 se
trasladó a la ciudad peruana de Puerto Maldonado donde ejerció un fatigoso y
humilde trabajo apostólico. Vuelta a Lima, buscó, junto con el obispo Mons.
Ramón Zubieta, dar vida a la Congregación de Misioneras Dominicas del Santo
Rosario, con el fin de formar nuevas misioneras que pudieran evangelizar los
pueblos de la Amazonía. El nuevo Instituto fue erigido oficialmente el 5 de
octubre de 1918 y Ascensión fue nombrada Superiora General y se decidió a
abrir el Noviciado en España y casas en diversas regiones de Perú, España,
Portugal y China. Aceptó con fe firme las verdades reveladas y con fe profunda
buscó extender con todas sus fuerzas el Reino de Cristo. El año de 1936, ante
la grave situación política en España, volvió a la patria para alentar con su
presencia a sus hijas espirituales. En el mes de septiembre del año 1939 de
nuevo fue elegida Priora General. Con salud ya delicada, soportó con paciencia
su última enfermedad y el día 24 de febrero del año 1940 pasó a la casa del
Padre eterno. Fue adscrita entre los Beatos el 14 de mayo del año 2005.
FUENTE : DOMINICOS