Es palabra de Dios
REFLEXION
El evangelio de hoy habla de las costumbres religiosas
del tiempo de Jesús y de cómo los fariseos enseñaban estas costumbres a la
gente. Algunos maestros de la ley ven como la gente rodea y escuchan las
enseñanzas de Jesús, estos ya se han posicionado como adversarios, sin embargo
no se atreven a manifestarlo frontalmente y le abordan analizando las
normas de conducta que manifiestan sus discípulos. Jesús aprovecha esta ocasión
dando una enseñanza en autenticidad: ¡La verdad está en el interior del
ser humano!, no solo en el cumplimiento externo.
Con ello nos enseña que en la vida hay cosas
esenciales y cosas segundarias, y que a veces éstas nos pueden desviar de lo
que es verdaderamente importante. Cierto que lo que llevamos en nuestro
interior se va a manifestar en gestos externos. Y en la vida está bien que
practiquemos normas, ritos, ceremonias, costumbres…etc, que nos vienen de la
tradición y que de alguna forma nos liberan y nos dan seguridad. Pero, tenemos
que preguntarnos: ¿es eso que hago y así lo más importante en mi vida? ¿Soy
coherente en mi forma de actuar?
En ocasiones podemos olvidarnos de las cosas
esenciales enredándonos y desviando nuestra atención a las cosas segundarias;
incluso a veces llegamos a convertir lo segundario en fundamental. Es un
peligro que no podemos desconocer y que no estamos exentos de caer en él,
aunque nos llamemos cristianos. Jesús es bien consciente de este peligro, y en
este evangelio lo denuncia y es una llamada a cada uno de nosotros. No podemos
vivir una fe desligada de la vida de los demás, ni lo contrario tampoco. ¿Qué
nos criticaría hoy Jesús a nosotros? ¿y a nuestras comunidades cristianas?
Hna. Virgilia León Garrido O.P.
Congregación Romana de Santo Domingo