Es palabra de Dios
REFLEXION
La pregunta se formula mientras van de camino.
Tiene su sentido porque yendo con él o detrás de él, se tiene que actualizar
siempre la razón del seguimiento. Porque en la relación de cercanía con Jesús
se va produciendo un mayor y mejor conocimiento, para dar el salto de afirmar
lo que dicen otros o lo que aprendimos de memoria como doctrina, a expresar lo
que mediante la comunión con él, se revela en el interior de cada uno, para ser
afirmado sostenido por el Espíritu.
Responde Pedro y por su boca todos, “Tú eres el
Mesías” Esa verdad es conocida bajo la guía del Espíritu. No es fruto de
la especulación sino de la escucha interior y de permitir que la luz que viene
de lo alto, penetre en lo íntimo y se reconozca la cercana presencia de Dios en
la Persona de Cristo.
Esa afirmación es silenciada por el mismo Jesús. No
procede hablar de ello con nadie antes de que suceda la entrega de su vida en
favor de todos los hombres. Ahora lo que toca es asimilar el modo como se ha de
desarrollar la misión. Jesús lo explica: “El Hijo del hombre tiene que padecer
mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser
ejecutado y resucitar a los tres días». Esto es lo que hay que buscar asimilar.
No es fácil asumir que para dar vida hay que entregar la vida. Hay que perder
para ganar.
Y el mismo Pedro que antes ha dicho tú eres el
Mesías, cuando escucha la explicación, la rechaza porque a su entender, no es
compatible con ser el Mesías. Pedro, como cada uno, tiene que desprenderse de
las imágenes preconcebidas para abrirse a la novedad que en Jesús se revela y
en la que Dios mismo se está manifestando.
Jesús le dirá a Pedro: ¡Tú piensas como los
hombres, no como Dios! El reproche de Jesús señala qué camino se ha de seguir:
pensar como Dios piensa, mirar como él mira, amar como él ama, acoger como él
acoge y entregarlo todo como él lo ha entregado.
Esa es la tarea y al mismo tiempo la misión.
Fr. Antonio
Bueno Espinar O.P.
Convento de Santa Cruz la Real (Granada)