17/5/21

EVANGELIO LUNES 17-05-2021 JUAN 16, 29-33 SEPTIMA SEMANA DE PASCUA

 



En aquel tiempo, aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús:
«Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que has salido de Dios».
Les contestó Jesús:
«¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».

            Palabra del Señor

REFLEXION

Con la celebración de la Ascensión del Señor entramos en la séptima semana del tiempo de Pascua. La liturgia de la Palabra nos irá preparando a la solemnidad de Pentecostés. Es un tiempo propicio para disponer nuestro corazón, ensanchar nuestro espíritu y abrirnos a la acción del Espíritu de Jesús. No podemos quedarnos mirando al cielo con los brazos cruzados. Es urgente que reavivemos en nosotros el fuego del Espíritu que nos impulse a hacer viva la presencia de Jesús, y continuar la misión de llevar la alegría del Evangelio a todas partes y aliviar el sufrimiento de nuestro mundo. Esa es la función del Espíritu Santo.

En el evangelio de hoy se nos presenta la conclusión del llamado «Discurso de despedida» de Jesús. El versículo final del discurso nos da una pista fundamental de interpretación: «les he hablado de esto, para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán luchas; pero tengan valor: yo he vencido al mundo». El Resucitado siempre trae consigo la paz. Es una paz que el mundo no nos pueda dar, la paz que Jesús nos ofrece viene de su íntima comunión con el Padre. Por eso, él nunca estará solo. Aunque sus discípulos le abandonen. Al despedirse de sus discípulos Jesús les invita una vez más a tener confianza. A pesar de las pruebas y dificultades que tendrán no deben desanimarse. ¡Cristo ha vencido al mundo!

Esta convicción nos debe animar a nosotros también hoy. Seguimos teniendo pruebas y dificultades. La situación de nuestro mundo tan afectada por la pandemia mundial, las guerras, la violencia, la corrupción, etc., nos ofrece un horizonte desesperanzador. En estos momentos las palabras de Jesús tienen una actualidad y una fuerza particular. Nos confortan, nos dan consuelo, la fuerza para seguir caminando. Esa es la función del Espíritu Santo que sigue actuando más de lo que podemos imaginar.

Fraternalmente, 
Edgardo Guzmán, cmf.
eagm796@hotmail.com