Palabra de
Dios
REFLEXION
Las parábolas de Jesús son toda una excusa para hablar del
misterioso crecimiento del reino que anuncia. Es verdad que había anunciado con
una seguridad inquebrantable que "ya está aquí" o que "en medio
de vosotros". Mc 1, 14-15 lo pone como frontispicio de todo y como
programa, a la vez que exige conversión y confianza en ese anuncio. Pero podían
preguntarle, como de hecho sucedió ¿dónde está ese Reino? De allí que las dos
parábolas del crecimiento, mediante los símbolos de un grano (aunque un grano
es pequeño, no se resalta este punto) y una semilla de mostaza (que es como una
cabeza de alfiler) vengan a decirnos algo significativo de sus comienzos, de sus
logros y de su consumación. Se da una cierta disimilitud y contraste en el
final de las dos comparaciones: la del grano en lo que se refiere a lo que, a
causa del crecimiento y la consumación final, no tendrá sentido (se desechará)
y la de la mostaza nos habla del Final en términos más positivos, porque se
hará grande y vendrá a ser "hogar" y protección de multitudes de
pájaros.
El reino está ya aquí, pero solo como una semilla que es
confiadamente un final grandioso o apropiado. No son parábolas o comparaciones
deslumbrantes, pero están llenas de sentido. Debemos aceptar la misma
naturalidad de este mensaje en cuando es algo que ya está sembrando, que está
creciendo y por eso tiene misterio. Como tiene misterio la comparación de la
levadura (cf Mt 13,33; Lc 13,29-21) que poco a poco impregna la masa. Eso
quiere decir que está "germinando" y por eso se alumbrará un mundo
nuevo, tanto en el caso de acabar algo que no tiene sentido en la historia (y
por eso de meterá la hoz) o en el caso de que se construya un
"hábitat" donde vengan todas las aves a protegerse. Incluso
deberíamos entender que se trata de toda clase de aves y por lo mismo que se
estaría apuntando a los paganos. Son los dos aspectos del Reino y de su
transformación de la historia: algo quedará caduco, pero lo más importante es
la imagen de los pájaros que anidan.
Es ese final bueno y liberador el que debemos proponer como
mensaje de las parábolas de hoy. Es verdad que se nos habla de "meter la
hoz”, pero es lógico que esta historia humana debe dejar aquí todo aquello que
no tiene sentido, que es opuesto al proyecto y a la plenitud del Reino de Dios.
Pero en la parábola de la mostaza, que comienza con el sentido de la
"nimiedad" de lo insignificante y de lo mínimo, todo se transforma
hasta ofrecernos la imagen de un árbol cósmico donde todos puedan encontrar no
solamente el hábitat humano, sino la verdadera felicidad del Reino. Así, pues,
quiere decirnos Jesús, son las cosas de Dios. Esta es la propuesta de esperanza
que forma parle de la entraña del Reino, por insignificante que parezca. En
estas metáforas, pues, proponía Jesús un mensaje que llenaba los corazones de
los sencillos.
Fray Miguel de Burgos Núñez
(1944-2019)