Palabra de Dios
REFLEXION
San Mateo en este capítulo quinto, expone las enseñanzas de
Jesús sobre la nueva moralidad en confrontación con la Ley antigua. El mismo
Jesús nos dice que no ha venido a destruir la Ley, sino a darle su
cumplimiento. Jesús trasciende el antiguo marco pacato y restrictivo, para
crear una nueva dimensión más abierta, exigente y universalista. Las
bienaventuranzas no se agotan en actos y cumplimientos concretos, son un estilo
de vida, una manera de ser y estar frente al mundo. Un convertirse en sal y luz
para que el mundo recobre el sentido de la creación de Dios, acoja un nuevo
valor de la justicia y la compasión. Un ideal que alcanza su culmen en la
última proposición de Jesús: “Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y
odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los
que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial que hace salir
su sol sobre malos y buenos”. Un mandamiento radical, en línea con el
seguimiento que exige Jesús. “Déjalo todo, ven y sígueme”. Ya no hay
desconocidos ni extraños, no hay nosotros y ellos, no hay amigos y enemigos,
todos somos hijos de Dios, hermanados y unificados en la redención de Jesús.
Amor al prójimo que incluye al que te fastidia, al que te odia o te amenaza. Un
amor valiente, que reclama y lucha por la justicia como esqueleto de
convivencia y relación. Pero un amor que supera esa normativa para promover la
misericordia y la compasión. Orar por vuestros enemigos, devolved bien por mal,
amad, reconoced al otro como hijo de Dios, sed compasivos con el que te
perjudica, perdonad hasta setenta veces siete. Sólo así nos acercamos a la
perfección, a ser fiel reflejo del amor y la perfección del Padre. Combatir el
mal con el bien, responder con la no violencia y el perdón, para recibir el
perdón de Dios por nuestras culpas, porque también nosotros perdonamos a
quienes nos ofenden. ¡Seamos instrumentos de paz y amor!
D. Oscar Salazar, O.P.
Fraternidad de Laicos Dominicos de San Martín de Porres (Madrid)